LAS ALIANZAS EN LA IZQUIERDA ALTERNATIVA

ICV pasa al ataque contra Podemos

El partido intenta aclarar su proyecto nacional y hurga en las «inconcreciones» del partido de Iglesias para frenar la fuga de votos

Joan Herrera, coordinador nacional de ICV.

Joan Herrera, coordinador nacional de ICV.

JOSE RICO / BARCELONA

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Hace medio año que la perplejidad se ha adueñado de ICV. Propulsado por los recortes sociales, el partido fulminó su techo electoral en el 2012 con 13 diputados y las encuestas posteriores le aupaban hasta los 16 escaños, disputándole al PSC la tercera posición. Pero, desde los comicios europeos, sus dirigentes han pasado de frotarse las manos a quedarse ojipláticos al ver cómo su histórica alta fidelidad de voto se desplomaba a favor de Podemos, la imberbe marca de moda que les ha adelantado por la izquierda con un programa muy similar pero sin la etiqueta de 'establishment' que impone el paso por el poder. El último sondeo de la Generalitat precipitaba a los ecosocialistas hasta los siete escaños, empatados con la CUP.

Ante la hipótesis de un adelanto electoral, que la propia ICV demanda pese a estos presagios demoscópicos, los coordinadores de la organización, Joan Herrera y Dolors Camats, imploran a ERC, Podemos, la CUP y Procés Constituent un frente común que refuerce las posibilidades de desalojar a CiU de la Generalitat. Un «polo» de izquierdas que exporte la «confluencia» que previsiblemente se dará con Guanyem en Barcelona. Sin embargo, a la vista de que solo está cosechando calabazas -Pablo Iglesias descartó en EL PERIÓDICO aliarse con Iniciativa-, la dirección ecosocialista se ha propuesto desmentir el proverbio y, al no poder unirse a su enemigo, va a intentar combatirlo.

El punto débil

Herrera ha detectado en el discurso territorial, en concreto en la defensa del derecho a decidir de Catalunya, el gran punto débil de Podemos, y le ha faltado tiempo para hurgar en esa herida: «Han optado por la estrategia electoral de la inconcreción. Si aspiran a gobernar, sería bueno que concretasen». No obstante, si bien Iglesias se mantiene ambiguo respecto a su respaldo a una consulta independentista, lo que sí ha dejado claro es que rechaza la secesión. Y precisamente esa es la flaqueza de ICV, cuya unidad interna se tambalea con cada nueva etapa del proceso soberanista.

Conscientes de que en esos equilibrios con la independencia se encuentra la explicación a la fuga de votos a Podemos, Iniciativa ha convocado para finales de febrero una convención con el objetivo de aclarar su proyecto nacional y dar imagen de nitidez frente al partido de Iglesias. La cita servirá también para pasar página de la apuesta histórica del partido heredero del PSUC por el federalismo. La nueva brújula de ICV se orientará hacia un modelo de Estado confederal, aunque seguirá anteponiendo el pacto con España a la ruptura.

La propuesta que se discutirá en la convención esboza algo parecido a un Estado libre asociado. Plantea una relación «de igual a igual» entre Catalunya y España pero dentro del Estado español, lo que pasaría por que Catalunya asumiera su soberanía como un Estado con una Constitución propia, concierto económico y plena responsabilidad sobre todas las políticas, salvo aquellas que decidiese libremente compartir con España y con la UE. Un «pacto de soberanías».

No obstante, el documento incluye una cláusula para complacer al sector independentista de partido: «Como demócratas, no cerramos la puerta a la independencia si así lo manifiesta la sociedad catalana de forma mayoritaria y si persiste el vaciado del autogobierno». Los equilibrios continúan.