ELECCIONES GENERALES

ERC busca repetir el 20-D el triunfo de las europeas

Oriol Junqueras centrará la batalla en el área metropolitana

Oriol Junqueras, en la sede nacional de ERC.

Oriol Junqueras, en la sede nacional de ERC. / FERRAN SENDRA

XABI BARRENA / BARCELONA

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Vuelve ERC a la contienda electoral, tras el paréntesis de Junts pel Sí. En el caso de que la coalición del 27-S fuera solo eso, un paréntesis, y no algo susceptible de repetirse en unos hipotéticos nuevos comicios en marzo. Las negociaciones de la coalición con la CUP, y la posterior entente o no entre CDC y Esquerra dictarán sentencia. En tanto, los republicanos afrontan los comicios del 20-D con el mismo ánimo con el que se tomaron los de las europeas, en marzo del 2014. Es decir, con moral de victoria. La de entonces supuso el primer triunfo en las urnas en 80 años.

Oriol Junqueras lleva casi dos años empecinado en construir un gran partido de centroizquierda que haga frontera, por un lado, con CDC, y, por el otro, con las huestes de la CUP. Lo que se bautizó como la 'CiU de izquierdas', cuando la federación estaba viva. Para ello, Junqueras ha trazado una táctica aglutinadora para captar a todos los que, por ejemplo, salían despedidos de la órbita del PSCPSC, una vez este partido se bajó del carro de la declaración de soberanía y, más tarde, del derecho a decidir. 

Si en las elecciones europeas la novedad fue la alianza con estos grupúsculos exsocialistas, cuyo símbolo fue la presencia de Ernest Maragall como número dos, en estas, Junqueras pretende expandir la mancha republicana hacia los terrenos colindantes con Podemos. Ello significa una frontera no solo ideológica, sino también física, pues es en el área metropolitana donde el partido lila asienta sus reales con mayor poderío. Y es también en esa zona nuclear catalana donde el apoyo al independentismo es menor.

PERFIL AJUSTADO

La elección de Gabriel Rufián, de 33 años, cumple con todos los requisitos. Ideológicamente muy de izquierdas -fue la CUP la primera fuerza que se puso en contacto con él- y de Santa Coloma de Gramenet. Además, es castellanohablante, de la cantera de Súmate, la entidad soberanista. Este nimio detalle, ya utilizado a escala local por el propio Junqueras en sus listas municipales de Sant Vicenç dels Horts, pretende, según alegan los republicanos, expresar que el independentismo del partido es de carácter republicano y no nacionalista.

Más allá de testear cómo cala el ambicioso plan de Junqueras de construir un partido hegemónico, las elecciones suponen para ERC la opotunidad de volver a infligir una derrota a CDC. Esquerra no ve otro horizonte que el del pacto de Junts pel Sí con la CUP. Pero si no lo hubiera y se fuera a elecciones, el seguro intento de Convergència de repetir coalición se vería, como mínimo, matizado si ERC vence el 20-D. Porque, si ello sucede, ¿quién debería ser el candidato a presidir la Generalitat, Mas o Junqueras?