La CUP aspira a capitalizar el voto "rupturista"

La candidata María José Lecha ha proclamado que su objetivo es "dar el poder a la ciudadanía"

JOSE RICO

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La CUP desechó la posibilidad de integrarse en Barcelona en Comú (BC) por discrepancias en cuestiones como la limitación de mandatos -que la CUP fija en un máximo de dos-, los sueldos a la baja de los concejales -la CUP quiere dejarlos en 1.600 euros y BC, en 2.200 euros- y por la presencia de ICV-EUiA en la coalición de Ada Colau. Así, la candidata María José Lecha, escogida por supuesto en asamblea, no ha tenido más remedio que darse a conocer a toda prisa para tratar de hacerse un hueco en un ayuntamiento que se avizora atomizado.

Con el "rupturismo" como principal mensaje, la CUP ha rivalizado a partes iguales con ERC y con BC, a fin de representar a la izquierda alternativa, pero tan progresista como independentista.

Lecha ha proclamado que su objetivo es "dar el poder a la ciudadanía" y ha intentado poner a prueba la radicalidad de Colau a la hora de enfrentarse a los "poderosos" en caso de ser alcaldesa. Por ejemplo, le ha preguntado si defenderá la ocupación de los pisos vacíos que estén en manos de los bancos o si derogará la ordenanza de civismo. Y se ha definido como "el voto más molesto para los lobis".

Tanto la encuesta del CIS como la del GESOP vaticinaban la entrada de la CUP, que aspira a convertir Barcelona "en el motor del cambio y de la independencia" y "abrir puertas y ventanas" del ayuntamiento para acabar con un sistema "corrupto" que ha "saqueado" las arcas públicas.