Mirador

¿Carrera por la rojigualda?

MARÇAL SINTES

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En su afán por soslayar las propias contradicciones, el socialismo ha venido elaborando con el tiempo una teoría que hoy podría encontrarse a punto de ser arrumbada por poco útil. Dicha teoría, manifiestamente voluntarista, cuenta que los socialistas, hombres y mujeres sensatos, se hallan entre dos nacionalismos -el español y el catalán (o vasco)- igual de pasionales y miopes. A ambos, el socialismo opone la razón y la amplitud de miras, lo que le permite aunar en sus propuestas el interés general y el pluralismo lingüístico, cultural e identitario.

Pero hete aquí que, con las heridas infligidas al PSOE por el tripartito -Estatut, financiación autonómica- aún cauterizándose yCarme Chacónaspirando a la jefatura del socialismo español, han empezado a levantarse voces que reclaman que el PSOE se afirme como un partido, se diría, nacionalista español. Muchos, empezando por el propioAlfredo Pérez Rubalcaba,parecen aspirar a un PSOE al que el PP no pueda ganar en españolismo.

Se arrancó el coro con el veto deAlfonso GuerraaChacón.Según él, si el PSC y el PSOE son partidos distintos como -reprochó- no se cansan de recordar los catalanes, no tiene sentido que un miembro de uno pretenda ser jefe del otro.José Bonosecundó aGuerraen su reflexión, yendo más lejos al hacer votos para que el próximo líder del PSOE sea alguien a quien no le dé vergüenza gritar ¡viva España! a todo pulmón.

Pero el verdadero obús no llegaría hasta el 29 de diciembre, cuandoRubalcabapresentó su candidatura a dirigir el PSOE, partido que quiere «nacional y con un único mensaje en todas las comunidades».Elena Valencianose lo repetiría después al PSC con tono censor: «Un partido nacional que vertebre España, que últimamente lo teníamos olvidado».

¡Qué lejos queda la España pluralzapateril! ¡Qué raro suena ahora aquello de la «nación de naciones» sobre la queMaragall,siguiendo al socialista segovianoAnselmo Carretero,ilustraba al bisoño presidente leonés! ¡Incluso el más desnatado de los federalismos empieza a parecer cosa de extremistas con barretina!

La incógnita fundamental es si el fervor patriótico en el PSOE responde solo al barullo interno, esto es, al intento de zancadillear aChacónconvirtiéndola en sospechosa de tibieza españolista; o si es algo más profundo, esto es, si unos cuantos o muchos en el PSOE consideran que para recuperar el poder hay que dar rienda suelta al españolismo y levantar la rojigualda tanto como haga falta. Si se trata de lo segundo, es decir, si nos hallamos a las puertas de una carrera entre el PP y el PSOE por ver quién de los dos es másnacional,den por seguro que la tensión con Catalunya se va a disparar y que la posición del PSC se convertirá en más que incómoda.