El órdago soberanista

La Cambra de Comerç ve viable un Estado catalán independiente

AGUSTÍ SALA
BARCELONA

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Sin buscar polémicas, sino para «objetivar el debate» sobre la independencia, según el jefe del gabinete de estudios económicos de la Cambra de Comerç de Barcelona. Ese es el objetivo del estudio que ayer presentó este ente  y cuya principal conclusión es que, llegado el caso, una Catalunya independiente sería «financieramente viable».

Ello siempre partiendo de la base de un proceso negociado y dentro de la Unión Europea (UE). Mientras que Cataluya dispondría a largo plazo de más recursos, la España sin casi el 20% de su economía vería incrementado el déficit público unos dos puntos, según el diagnóstico del citado informe.

A partir de datos del 2010 -el último ejercicio del que se tienen datos liquidados-, el estudio El sector públic a Catalunya i Espanya. Impacte econòmic de diferents escenaris polítics, constata «la contribución positiva de Catalunya al equilibrio fiscal del conjunto del sector público». Pero, a la vez subraya que «en contrapartida, recibe un menor impulso de la política fiscal a la actividad económica en su territorio, en comparación con otras comunidades».

De entrada, el nuevo Estado catalán nacería con un déficit del 2,4% del PIB (cálculo realizado con las cifras del 2010) en el que se incluyen los gastos adicionales que hoy cubre el Gobierno central, como es el caso de los relacionados con los gastos de defensa. Los autores parten de que el déficit de todo el sector público catalán en el 2010, sin contar las transferencias estatales, fue del 1,1 %.

El informe, al que se han dedicado unos cuatro meses de trabajo, apunta que, a largo plazo, el sector público registraría en Catalunya un superávit próximo al 8,5% del PIB, que se situaría en el 7,2 % tras descontar los gastos correspondientes a estructuras de estado, lo que daría más margen para bajar impuestos y subir gastos o combinar ambas opciones. A corto plazo, España tendría un déficit público superior al actual en casi dos puntos. En una Catalunya independiente, la deuda pública imputable a la comunidad, por población, representaría el 83,7% del PIB catalán, con valores del 2012, y si se distribuye en función del PIB, el 93,7%. Si Catalunya no asumiera una parte proporcional de la deuda estatal, una España sin Catalunya tendría que asumir un incremento de deuda de 13 puntos porcentuales, pasando del 86% al 98,9%, con datos de 2012.

EVITAR LA POLITIZACIÓN / Rovira, acompañado por la economista Carme Poveda, aseguró que el trabajo rehuye las valoraciones políticas. De hecho, no fue presentado por el presidente, Miquel Valls, para no darle significación política. En todo caso, es un análisis que encargó el pleno de la Cambra. Además de analizar el sector público consolidado en Catalunya y en el resto de España con diferentes indicadores comparativos que ahora no existían, como la presión fiscal o el gasto público por habitante , el informe estima el impacto económico «de otras formas de organización política territorial alternativas a la situación actual».

El extremo es la independencia, pero se estudian otras vías. Estas van desde un sistema con un único sector público en que la aportación a los ingresos se hace en función del PIB y la participación en el gasto, en función de la población; hasta una modalidad con dos niveles de gobierno, central y territorial, con participación en los ingresos según el PIB; en los gastos del Estado, según la población y en el de las administraciones territoriales según el PIB. De esta manera, el déficit fiscal de Catalunya baja del 9% estimado por la Cambra hasta el 3,1% del PIB.

La comparativa destaca que «a medida que cambia el marco político cambian los resultados económicos». La fórmula más favorable para Catalunya es la del régimen foral navarro o al concierto vasco, que es la que reduce más el déficit fiscal.

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