PERFIL DE LA SUCESORA DE GRIÑÁN

La baronesa chaconista

Susana Díaz, con fama de dura y trabajadora, es el nuevo peso pesado del PSOE andaluz

La aspirante 8 Díaz celebra su candidatura, el miércoles en Sevilla.

La aspirante 8 Díaz celebra su candidatura, el miércoles en Sevilla.

JULIA CAMACHO
SEVILLA

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Con una exhibición de fuerza para tapar la ausencia de votación en las urnas, Susana Díaz se convirtió el miércoles en la sucesora de facto de José Antonio Griñán para aspirar a gobernar la Junta de Andalucía. Un título que, con un presidente ya en retirada, la convierte también en el nuevo peso pesado del PSOE andaluz. Y pocos dudan de que, más pronto que tarde, asumirá también las riendas de la federación andaluza, la más poderosa.

Díaz demostró que es una mujer de aparato al lograr los apoyos de casi la mitad del censo de militantes, con unos 22.000 avales.«Soy del partido, del aparato, de las agrupaciones y una socialista hasta la médula»,reconoció sin ambages en su primer acto público ya como única candidata. Ha sido la familia del PSOE andaluz la que«se lo ha dado todo».Se forjó en las Juventudes Socialistas, donde, según los veteranos, se aprende lo mejor y lo peor de la política. Un tópico que no por repetido deja de ser cierto. En su caso, los ardides con los que ha jalonado su trayectoria orgánica -sin perder una sola batalla interna- le valieron el rechazo de buena parte de la militancia, más notable cuando Griñán la elevó al núcleo de los elegidos para marcar distancias con su antecesor Manuel Chaves y los veteranos dirigentes del partido, a los que la nueva generación llama no sin sorna«el Antiguo Testamento».

Mensaje de unidad

A base de constancia y negociación, ha arrimado a su lado incluso a los más díscolos, como el otrora poderoso Gaspar Zarrías y la exconsejera Micaela Navarro, la esperanza blanca del sector crítico. Si Díaz fue la principal valedora de Carme Chacón en el congreso del PSOE, Navarro lo fue de Alfredo Pérez Rubalcaba. El mensaje de unidad fue uno de los primeros que lanzó el miércoles:«Es el momento de la unidad y de dejar a un lado las rencillas, que no nos han llevado nunca a ningún sitio».

Licenciada en Derecho, sus detractores le reprochan no haber trabajado nunca fuera de la política. Ella no se achanta.«Me parece igual de digno haber estado en el servicio público que dedicarse a ganar éxitos o dinero», responde, contratacando con la afirmación de que nadie se imaginaría una«mujer, hija de un fontanero»como candidata a presidenta.

De la mano de Griñán ha terminado de marcar un perfil más institucional. En las tripas del Ejecutivo ha acumulado mayor poder que cualquiera de sus antecesores. Y ha sido la encargada de lubricar el engranaje del pacto con IU. Tanto, que la coalición se sorprendió de que una posible ruptura de Gobierno fuera el argumento de Griñán para justificar la necesidad de tener un candidato amarrado cuanto antes.

Católica de base, adora las tradiciones sevillanas y se desvive por su barrio, Triana. Tiene fama de dura, pero también de gran capacidad de trabajo y de aprenderse prolijos informes en unas horas. Cree que es la hora de las mujeres, pero no desvela si su apuesta para la dirección sigue siendo Chacón«Son tiempos distintos», zanja. En su campaña tampoco ha opinado sobre la estrategia del PSOE, más allá de que la militancia reclama más participación. Tampoco se moja sobre el proceso soberanista en Catalunya, y apunta que, aunque se deben respetar sus singularidades, todos tienen derecho a opinar.