Bajada de tensión

El independentismo se desinfla. Lo reflejaba la semana pasada el barómetro del GESOP para EL PERIÓDICO y lo confirmó ayer el sondeo oficial de la Generalitat. El parón del proceso soberanista por el retraso de las elecciones «plebiscitarias» hasta septiembre y el impacto de la comisión Pujol han cortocircuitado de golpe la tensión que había propulsado al secesionismo y, por segunda vez en una encuesta del Centre d'Estudis d'Opinió (CEO), la independencia cosecha más rechazo que apoyo entre los catalanes.

El 48% de los ciudadanos se oponen a la ruptura con España, mientras que el 44,1% están a favor. Desde diciembre, el sí ha cedido medio punto y el no ha crecido 2,7 puntos, lo que significa que los indecisos se están decantando en mayor medida por el no. La ventaja del no es ahora de cuatro puntos, cuando en diciembre era solo de un punto. El dato que demuestra esta pérdida de punch es que las relaciones entre Catalunya y España solo preocupan al 19,3%, muy por debajo del 30,7% de diciembre y la cifra más baja desde junio del 2012.

Más allá de la coyuntura actual, el independentismo estructural se ha resentido también. El 39% de los catalanes se declaran partidarios de un Estado catalán. Son tres puntos más que en diciembre, pero seis puntos menos que hace un año. Y el porcentaje de catalanes que preferirían quedarse en España -ya sean federalistas, autonomistas o regionalistas- alcanza hoy el 53,5%. Dentro de este paquete, los federalistas pierden 2,8 puntos en tres meses y los autonomistas ganan 2,2 puntos.

El nivel de vida

Este cambio de tendencia no responde a unas mayores expectativas de que el Gobierno central mueva ficha para contentar a Catalunya. Tan solo confían en ello el 21,5%, frente al 64,5% que lo consideran improbable. Se justifica más bien en el hecho de que quienes creen que un Estado propio mejoraría el nivel de vida son ahora el 7% menos que en octubre, bajan del 45% al 38%. Por el contrario, quienes opinan que el nivel de vida empeoraría han subido 4,5 puntos, del 21,7% al 26,2%.

En este contexto, y en la línea del sondeo del GESOP, el CEO confirma que CiU y ERC quedarían lejos de la mayoría absoluta y necesitarían a la CUP para impulsar su plan independentista. El estudio también certifica el auge de Ciutadans, que disputaría a Podem el tercer lugar. Cara a las elecciones generales, la victoria se la disputarían CiU y Podem.