final agridulce tras 101 días de secuestro

"Albert y Roque están bien"

PILAR SANTOS
MADRID

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Alicia Gámez volvió ayer a casa tras 101 días de cautiverio. La voluntaria de la oenegé Barcelona Acció Solidària fue liberada el martes por los terroristas de Al Qaeda que la han tenido secuestrada, junto con sus compañeros Albert Vilalta y Roque Pascual, en el desierto de Mali. El Gobierno anunció ayer su liberación, una buena noticia que se debe agradecer, según la vicepresidenta primera, María Teresa Fernández de la Vega, al trabajo de los servicios de información, la diplomacia y la cooperación internacional. «No ha habido ningún pago ni otro tipo de contraprestación», dijo la vicepresidenta. «Ahora vamos a seguir poniendo todo nuestro esfuerzo para que Albert y Roque vuelvan cuanto antes, como lo ha hecho Alicia: sanos y salvos», añadió De la Vega. La vicepresidenta olvidó la prudencia que ha marcado la gestión del secuestro y aseguró que tiene la «esperanza» de que esa liberación se produzca «pronto».

La sensación de Gámez conforme el avión que el Ejecutivo había enviado a rescatarla se acercaba a El Prat era agridulce. No tenía nada que ver con lo que había imaginado durante tantos días. La imagen de los tres voluntarios liberados abrazándose a las familias no se iba a producir. «Albert y Roque están bien», dijo en una breve intervención ante la prensa. Los periodistas tenían mil preguntas, pero los detalles tendrán que esperar hasta que los otros dos voluntarios sean liberados. «Mi felicidad será completa cuando regresen también Albert y Roque», declaró Gámez. «Nos han atendido bien dentro de las duras limitaciones del desierto», explicó la mujer, de 37 años y funcionaria de un juzgado de L’Hospitalet de Llobregat.

COMUNICACIÓN A LAS FAMILIAS / La voluntaria de la oenegé, con buen aspecto y muy tranquila, llegó al aeropuerto de Barcelona pasadas las cinco de la tarde, después de un periplo de casi 24 horas. Gámez fue trasladada en un coche desde el lugar del secuestro, en la región de Gao (norte de Mali), al aeropuerto. De ahí, un aparato la llevó al aeródromo de Uagadugú, la capital de Burkina Faso, donde le estaba esperando un avión de las fuerzas aéreas españolas con su hermano Germán y la secretaria de Estado de Cooperación Internacional, Soraya Rodríguez. En ese avión también viajaron un médico y un psicólogo que pudieron atenderla durante el vuelo.

De la Vega puso el dispositivo en marcha el martes al mediodía, cuando supo que las negociaciones con los terroristas de Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI) habían dado resultado. La número dos del Gobierno se trasladó a Barcelona con Rodríguez y se reunió con las familias de los tres cooperantes para darles la buena noticia de que Gámez sería liberada. La vicepresidenta, que ya había viajado a Barcelona en otras ocasiones para mostrar el apoyo del Gobierno a las familias, les dio algunos detalles de cómo sería la operación y mostró su esperanza de que Vilalta y Pascual serán liberados «pronto», porque la estrategia del Ejecutivo «ha dado resultados».

Tal cual lo dijo la vicepresidenta en una entrevista en la SER, donde dio algunos datos de los meses de cautiverio. De la Vega explicó que, desde que el 29 de noviembre fueran secuestrados en Mauritania, el Ejecutivo pidió pruebas que demostraran que se encontraban bien y en todas las ocasiones los terroristas se las facilitaron. Fueron cartas, fotografías y varias llamadas con las que pudieron contactar con sus familias, «pruebas de vida» que les están ayudando a sobrellevar la tragedia.

PRIMERO VILALTA POR LAS HERIDAS / La vicepresidenta comentó que los negociadores del Gobierno presionaron para que Vilalta, que resultó herido de bala, fuera liberado en primer lugar. «Están nerviosos, preocupados, con ganas de volver pero esperanzados», declaró sobre los dos voluntarios catalanes. Los tres han permanecido juntos la mayor parte del tiempo durante estos tres meses, según fuentes de la Moncloa.

El Gobierno no quiso dar detalles sobre cómo se gestó la liberación. De la Vega descartó comentar el papel de las autoridades de Burkina Faso en el proceso y agradeció la colaboración de «todos los gobiernos» de la región, sin hacer distinciones. De hecho, no confirmó públicamente ni siquiera que el avión enviado por el Ejército español había recogido a Gámez en la capital de ese país. Los negociadores han acertado con la estrategia de Burkina Faso, una vía que el Ejecutivo ha conseguido mantener lejos del foco mediático.

Preguntada sobre si el Gobierno había tenido que pagar algún rescate para lograr la puesta en libertad de Gámez, De la Vega lo negó rotundamente. Según publicó este diario, AQMI exigió en un primer momento siete millones de dólares (unos 5,1 millones de euros), una cantidad que después se redujo a cinco (aproximadamente 3,7 millones de euros).

OTROS SECUESTRADOS EN LA ZONA / En la región del norte de Malí donde están secuestrados Vilalta y Pascual también permanece retenido un matrimonio italiano secuestrado el 18 de diciembre. El Gobierno negó que estuviera previsto que la liberación de la mujer, que es originaria de Burkina Faso, se produjera junto con la de Gámez.

Hace dos semanas, un ciudadano francés, Pierre Camatte, fue liberado después de que el Ejecutivo de Malí cediera con subterfugios al chantaje terrorista y liberara a cuatro presos salafistas.