LA NOCHE ELECTORAL DE CDC

Y la nave va...

Tras los ominosos sondeos, la parroquia convergente festejó el tercer puesto como si fuera el Barça de la era Gaspart

Homs llama a votar para que surja "respuesta catalana" a "malas artes" del PP

Homs llama a votar para que surja "respuesta catalana" a "malas artes" del PP / periodico

RAFAEL TAPOUNET / BARCELONA

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A los de Convergència lo del folclore marinero se les ha ido definitivamente de las manos y, por segunda convocatoria electoral consecutiva, optan por seguir el baile de escaños desde el Museu Marítim. Decisión temeraria. No se pueden poner las metáforas tan a huevo, que luego es difícil resistirse. Y más cuando el cielo anuncia que viene una galerna y el fiero oleaje de los primeros sondeos hace temer un naufragio en toda regla (¿lo ven?, ya les dije que era difícil resistirse). Tan negros son los presagios que, una vez publicados los resultados de la encuesta de Sigma Dos, el alférez Jordi Cuminal bate un récord y no tarda ni tres minutos en comparecer en cubierta para pedir calma a la tripulación y evitar las escenas de pánico.

Aunque, más que las palabras de Cuminal, lo que parece tranquilizar un poco a los aterrorizados simpatizantes convergentes es la calidad del cátering, que, desde luego, no se corresponde con un partido de solo cinco diputados (el de la zona reservada a la prensa es, de hecho, un cátering de fuerza hegemónica). Eso sí, la cerveza fría se acaba muy pronto, acaso porque el bajonazo del sondeo ha impulsado la demanda, por decirlo en jerga macroeconómica.

SALE EL SOL

Entre el consumo de cerveza y, sobre todo, la aparición de los primeros datos de voto escrutado, las sonrisas vuelven a las caras, como cuando salía el sol en aquella canción de los Beatles. Convergència pasa de ocho escaños a ocho escaños. Y los oficiales de mayor graduación (Irene Rigau, Xavier Trias, Jordi Turull…) empiezan a dejarse ver en público para comentar que, en fin, la nave puede estar tocada pero esta vez se han salvado los muebles y la cubertería y ello permitirá al partido afrontar el congreso de la refundación, que está a la vuelta de la esquina, con cierta normalidad.

Al filo de las once de la noche, después de 10 interminables minutos con la sintonía de campaña sonando en modo bucle, aparece el estado mayor, comandado por Artur Mas, Carles Puigdemont y Francesc Homs (ni rastro de Germà Gordó). En sus parlamentos, capón a las encuestas, un recuerdo emocionado a "Mortadelo y Filemón", reproches a ERC por haber hecho “inviable la unidad del mundo soberanista” y voluntariosas proclamas que, se diría, sobreestiman un tanto el papel que el nuevo Congreso de los Diputados tiene reservado a los representantes de CDC. Al final, la parroquia acaba celebrando el tercer puesto como si fuera el Barça de la época de Gaspart. Y la nave va.