«¿No es verdad, ángel de amor...?»

JOSEP MARIA POU

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El 1 de noviembre marcaba, inexorablemente, en el mundo teatral la llegada de Don Juan Tenorio. Durante muchos años la cita del público con el personaje se mantuvo a rajatabla: llegaba noviembre y llegaba el Tenorio. Y con él, los primeros fríos, el olor a castañas, la sopa de boniato y los versos sabidos de memoria: «¿No es verdad, ángel de amor/ que en esta apartada orilla…». ¿Qué ha pasado que ya nadie (o casi nadie) acude hoy a la cita? Pues que ya no hace frío en noviembre (con octubre jugando a ser julio), que las castañas son incómodas de pelar, que el boniato tiene demasiadas calorías y que pocos, muy pocos, recuerdan los versos de Zorrilla. Y que el teatro es otro. Y el público también.

Aun así, donde hubo fuego, cenizas quedan. Y hoy mismo, en algún punto de Google Maps, alguna compañía de aficionados estará representando la función. Seguro. Y alguien, entre el público, recitará, por lo bajini, décimas y ovillejos, al tiempo que lo hacen en escena. Y algún viejo actor contará por enésima vez la anécdota del Comendador, aquella que habla de cuando la dignísima actriz que interpretaba a la Abadesa se cansó de que la insultaran y una noche decidió tomar venganza, alterando el sentido de su frase, sin variar siquiera la medida del verso. Donde ella siempre decía: «¿Dónde váis, Comendador?», y el aludido contestaba: «¡Imbécil, tras de mi honor!», aquella noche dijo: «¿Dónde váis, Comendador imbécil?», a lo que el actor que tenía enfrente, sorprendido y respetuoso de la métrica, sólo puedo contestar un «¡Tras de mi honor!», que remató la Abadesa con una amplia sonrisa de oreja a oreja.

Justo es recordar ahora, por cierto, que Don Juan Tenorio clavó también su pica en Broadway (Nueva York, Estados Unidos) de la mano de uno de nuestros grandes actores, Alejandro Ulloa, que la representó allí del 19 de noviembre al 12 de diciembre de 1953 con una compañía formada, en su mayor parte, por actores catalanes, entre los que se encontraban Paquita Ferrándiz y Pedro Gil (padres de la hoy muy querida y admirada Maife Gil).

Fue en el Broadhurst Theatre. En el mismo escenario donde Jack Lemon hizo Largo viaje hacia la noche; Dustin Hoffman, La muerte de un viajante; Jude Law, Hamlet; y Al Pacino, El mercader de Venecia. El mismo escenario donde hoy, esta noche, se cantarán, por enésima vez, Money, money, money, Dancing queen Chiquitita dentro del musical Mamma Mia (13 años representándose en Broadway). Son otros tiempos. Eran otros tiempos.