Venezuela: votar con los pies

La desmovilización favorece el régimen de Maduro y muchos venezolanos optan por huir del país

Maduro celebra la victoria.

Maduro celebra la victoria. / periodico

Salvador Martí Puig

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Después de que Venezuela encabezara diariamente las noticias durante los meses de julio y agosto del 2017, desde septiembre del año pasado hasta ahora las referencias a la política venezolana desaparecieron. Las batallas campales en las calles, las movilizaciones ciudadanas apoyando o criticando la Asamblea Constituyente y la consulta opositora para revocar a Maduro se desvanecieron y dejaron paso a una calma chicha que, bajo un barniz de aparente tranquilidad, no ha resuelto ninguno de los problemas ni de las tensiones anteriores.

Pero hace unas semanas Venezuela ha vuelto a la agenda mediática. Esta vez a raíz de la convocatoria de unos comicios convocados en el marco de una nueva institucionalidad cada vez más excluyente. En el fondo se trata de unas elecciones impulsadas por un régimen -nacido de la Asamblea Constituyente referida- cuyo objetivo es mantener a Maduro y sus allegados en el poder. Ante ello, el primer gran dilema de la oposición ha sido presentarse o no a la contienda. Como es sabido, una parte sustancial de la misma (agrupada en la MUD) ha decidido no concurrir y apelar a la abstención; aunque otra parte sí se ha presentado de la mano de un candidato, Henri Falcón, que había pertenecido al chavismo.

Baja participación

El resultado oficial, tal como anunció el Consejo Nacional Electoral, dio la victoria al presidente Nicolás Maduro con 5.823.728 de los sufragios, otorgando al candidato opositor Henri Falcón 1.820.552 votos y al candidato evangelista Javier Bertucci 925.042 votos. La participación, sin embargo, ha sido del 46%, la más baja de las últimas dos décadas a pesar de los esfuerzos realizados por el régimen de Maduro para activar el sufragio.

¿Cómo interpretar esta victoria? En gran medida se puede entender como el resultado de la desesperación de muchos sectores de la oposición que observan como la tarea de competir por votos ya no tiene sentido. Para estos sectores sólo vale la pena salir a la calle para alzar la voz, denunciar el repliegue autoritario del régimen y presionar a las instancias internacionales para lograr reformas para que los votos sean contados de forma veraz, y para que los derechos y libertades no queden en papel mojado.

Desmovilización

Pero también esta actividad –protestar- se ha hecho cada vez más difícil y peligrosa y por eso hoy mucha gente está agotada y sin expectativas y, precisamente por ello, también desmovilizada. Y este es, precisamente, el objetivo que persigue el del régimen de Maduro: mostrar que no hay forma de derrotarlo ni de cambiar el sistema.

Ante ello no es casualidad que las últimas noticias sobre Venezuela se hayan relacionado cada vez más con episodios de éxodos masivos de ciudadanos que quieren salir de su país –incluso a pie- generando crisis humanitarias en los pasos fronterizos con Colombia y Brasil. En este sentido se puede afirmar que desde hace ya un largo tiempo la gente está “votando con los pies”.