Trump contra la FED

El presidente de EEUU arremete contra el banco central por subir los tipos de interés y dejar al descubierto las debilidades de su política económica en favor de los ricos

El presidente estadounidense, Donald Trump.

El presidente estadounidense, Donald Trump. / BRYAN R SMITH

Olga Grau

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Ni guerra comercial, ni subida del precio del petróleo, ni convulsiones políticas. La economía de Estados Unidos avanza como una locomotora pese a Donald Trump y sus desafíos al orden liberal. Pero esto no quiere decir que se beneficien de ello los que más lo necesitan, los que se quedaron en la cuneta durante la Gran Recesión y a los que nadie se ha preocupado de compensar.

La previsión es que este año el PIB supere el 3% de crecimiento en EEUU, nivel que no se alcanzaba desde el 2005, que el empleo bata récords, que las empresas obtengan márgenes elevados y que la bolsa siga su fiesta. Pero el “éxito” de esta receta se sustenta en una fuerte bajada de impuestos a las grandes empresas y en incentivos fiscales para la repatriación de los dividendos fiscales en el exterior y en beneficios a los ricos.

Cuando la economía alcanza una expansión importante, el banco central suele seguir la norma del mercado que consiste en subir los tipos de interés para evitar que suba la inflación y se generen burbujas de precios. Siguiendo esta pauta, la Reserva Federal de los EEUU, una institución independiente del Gobierno, ha elevado esta semana los tipos de interés hasta el 2,25%, lo que la ha convertido en el blanco de Trump, que ya ha criticado al banco central en varias ocasiones.

Al presidente de los Estados Unidos no le gusta que suban los tipos de interés porque esto puede frenar la economía. Sin embargo, lo que puede afectar es a su popularidad al dejar al descubierto que el crecimiento no ha reducido la desigualdad ni la brecha social y que sus políticas económicas han beneficiado a los ricos y no a las clases medias y bajas.

Con la subida de tipos, las hipotecas y los préstamos se encarecen. Y esto es un gran problema social para aquellos  ciudadanos que están pagando un inmueble que todavía no ha recuperado el valor que tenía antes de la Gran Recesión con un sueldo que es muy inferior al de entonces. Las recetas de Trump gustan a los mercados. Pero la FED no obedece a Trump, por más que le pese.