mirador

Un triángulo siempre apunta en tres direcciones

CARLES COLS

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Sintiéndolo mucho, no consigo recordar qué escritor (argentino o mexicano y poco conocido, hasta ahí alcanza mi memoria) publicó hace bastantes años en una revista literaria una larga lista de falsos proverbios orientales que, pese a ser inventados, merecían ser recordados. La primera exhibición pública de discrepancias del tripartito (en marzo del 2004 y por culpa del túnel de Bracons) me trajo a la mente uno de aquellos simples pero irrefutables refranes: un triángulo siempre apunta en tres direcciones.

Como epitafio del tripartito sería perfecto. Ni corto ni largo. Perfecto para la lápida de dos legislaturas en las que los tres socios del Govern siempre han sostenido (y tienen razón) que representan sensibilidades distintas y que, por lo tanto, las discrepancias son lógicas, pero dos legislaturas también (ahí no les acompaña la razón) en las que no han sido capaces de comprender que en su época el césar no solo se preocupaba de que su mujer además de ser honrada también lo pareciera, sino que mostraba además un especial celo en subrayar ante sus súbditos que tenía una y no tres mujeres.

Ayer, laconsellerarepublicanaCarme Capdevilaejerció de portavoz del Govern y, como tal, decidió criticar a su jefe,José Montilla, de quien dijo que si acude a la parada militar del Día de la Hispanidad será porque lo hace «a título personal». Vamos, queNeil Armstrongpisó la Luna «a título personal» y queLeni Riefenstahlglorificó el nazismo «a título personal», diríaCapdevilasi fuera la jefa de prensa de la NASA el 21 de julio de 1969 o, algo peor, en la Alemania de los años 30.

Al tripartito hay que agradecerle el haber abierto la luz de la libertad de expresión en los medios de comunicación públicos de Catalunya (una penumbra durante los 23 años del pujolismo), pero hay que reprocharle el enorme menosprecio que ha mostrado desde el primer día por la necesidad de tener una acertada política de comunicación cara al público. Sin ir más lejos, la semana pasada el presidente de la Generalitat decidió acompañar la firma del decreto de convocatoria electoral con un soporífero discurso en el que desgranó una vez más la labor llevada a cabo desde el Govern, de modo que en los planos del acto que emitió TV-3

pude contar hasta tresconsellersbostezando o cabeceando.Capdevila, al menos, no era uno de ellos.

La cuestión es queMontillaparticipará hoy en el antaño Día de la Raza, una decisión tal vez premeditadamente electoral y por consiguiente criticable, pero siempre desde las sedes de los partidos, no desde la propia institución que preside. No comprender ese matiz invita a concluir que, si se trata de un triángulo, los compañeros de la hipotenusa se merecen el nombre que la trigonometría les ha asignado.