El turno

Qué asco de Europa

ANTÓN LOSADA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Existe una diferencia sustancial entre las inoportunas palabras de la comisaria de Justicia y las expulsiones raciales de ciudadanos europeos ejecutadas por el Gobierno francés. Las alusiones de Viviane Reding a los nazis pueden ofender, cabrear o indignar, por ese orden o al revés; pero no hacen daño a nadie. Las decisiones de Nicolas Sarkozy afectan brutalmente a la vida de gente que solo ha podido elegir entre ser gitanos explotados en Rumania o en Francia, por los suyos o en compañía de otros.

El error de la comisaria resulta de lo más conveniente para todos. Sarkozy ha podido ofenderse. Los todopoderosos gobernantes europeos han podido bajar la cabeza y mirar a otro lado, para no acabar con el problema en sus telediarios. Zapatero y Rajoy han reclamado respeto para las decisiones de un Gobierno democrático. Lo que deberían exigir es vergüenza, especialmente en un Gobierno democrático. Necesitamos a Francia en la lucha contra el terrorismo. Pero no a cualquier precio. Si la complicidad va a ser nuestro modelo de política exterior, mejor será aislarse. La política exterior es y debe ser diplomacia y estrategia, pero al servicio de valores y principios, no solo intereses.

Todos los hombres nacen iguales, pero es la última vez que lo son, decía Abraham Lincoln. La historia se repite. En los dicharacheros noventa, el Mediterráneo se llenó de barcos de albaneses que huían del desastre para estrellarse contra la indiferencia europea. En su película Aprile, Nani Moretti se lamentaba de que ni un político, de cualquier partido que fuera, se hubiera acercado siquiera a la costa a interesarse por los barcos de refugiados abandonados a su suerte. «¿Qué hacían los jóvenes comunistas en el 68? Miraban Happy days, concluía. Ahora lo que tienen no es una deficiencia política, es una deficiencia humana».

Si este es el bienestar y el progreso que simboliza Europa, a mi que me borren.