tú y yo somos tres

El Carles Puigdemont de Torrejón

ferran Monegal

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Se esperaba con gran expectación la parodia de Joaquín Reyes sobre Carles Puigdemont en El intermedio (La Sexta). Ha sido divertido. Pero la realidad le ha superado.

El suceso ocurrido la semana pasada, mientras rodaba este sketch, cuando un ciudadano avisó a la policía creyendo que el <b>Puigdemont</b> de Reyes era el Puigdemont de verdad, y la policía corriendo a detenerlo en un parque de Torrejón. Fue un golpe insuperable. Desternillante. Colosal. La realidad siempre supera a la ficción.

Persecución policial

Nos ha extrañado que Joaquín Reyes no lo haya incorporado a su sketch, escenificándolo. Hubiéramos disfrutado mucho más. Este clima de persecución policial que nos invade, tipo Mortadelo y Filemón, con políticos que se escapan y agentes que registran avionetas y automóviles buscando a los fugados, da para momentos televisivos impagables, de hilaridad incluso superior a los divertidos sarcasmos de la telecomedia Cuerpo de élite (A-3 TV).

O sea, que a la parodia de Joaquín Reyes le ha faltado la cintura, la agilidad, de retroalimentar su caricatura con la ardiente y tronchante actualidad que él mismo, con la grabación de su sketch, generó la semana pasada.

De su interpretación de Puigdemont destaquemos ese instante en que las cámaras le sorprenden en un parque de Bruselas, agachado entre los matorrales, diciendo sorprendido: «Vaya, me habéis pillado haciendo un caganer». Ese gag tiene una profunda retranca.

"Ya me gustaría a mí estar en Estremera"

También es punzante el momento en que reflexiona sobre su condición de exiliado y no quiere que le llamen cobarde por haber dejado en la estacada a Junqueras y los Jordis, que están en la cárcel: «Ya me gustaría a mí estar en Estremera -dice mal justificándose-, con mi celdita, mi patio... (..) ¡Pero si me sale de los huevos, vuelvo a España esta tarde!». Y acaba descartándolo porque tiene la agenda ocupada con calçotades con los flamencos, visitas al Museo Tintín y reuniones en su mansión de Waterloo con la colla de fans incondicionales que peregrinan a Bruselas todos los puentes y fines de semana.

Indiscutiblemente, la pirueta y el estatus de Puigdemont en Bruselas permite, no solo el sarcasmo del humor televisivo: hasta Artur Mas, que fue quien se sacó de la chistera la fórmula Puigdemont president hace ahora dos años, acaba de advertirle, ahora en Els matins (TV-3), que su condición de president ya se ha evaporado.