¿Por qué May necesita a Trump?

La 'premier' busca a la desesperada un acuerdo comercial con EEUU para aliviar el aislamiento que provocará el 'brexit'

Theresa May durante su intervención en el evento del Partido Republicano, ayer en Filadelfia.

Theresa May durante su intervención en el evento del Partido Republicano, ayer en Filadelfia.

ROSA MASSAGUÉ

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A los gobernantes británicos de todos los colores les gusta hablar de la relación especial entre su país y EEUU. Por orígenes e historia compartida se identifican como ‘primos’. Esta relación que en Londres quisieran de igual a igual nunca lo ha sido. Ni siquiera lo fue entre Winston Churchill y Franklin D. Roosevelt. La guerra rebajó a unos a potencia de segundo orden y a otros, los catapultó a superpotencia. La excepción sería en los años 80 con la influencia ideológica tan determinante que ejerció Margaret Thatcher sobre Ronald Reagan. Quien se creyó poder emular aquella  influencia sobre Washington fue Tony Blair y acabó convertido en el perro faldero de un presidente belicoso debidamente azuzado por una administración neocon con demasiados intereses en el negocio de la guerra. Y Obama siempre se entendió mejor con Angela Merkel (pese a haberse espiado mutuamente) que con los ocupantes de Downing Street.

Ahora es el turno de Theresa May. Tras la decisión del ‘brexit’, la primera ministra necesita desesperadamente apoyo. Lo buscó en India nada más iniciar su mandato y regresó con las manos vacías. El sábado buscará el del presidente turco Recep Tayyip Erdogan en Ankara. Sin embargo, el más codiciado es el del ‘primo’ americano, un presidente con el que comparte el desdén por la Unión Europea. Y lo necesita en forma de un tratado comercial una vez se haya consumado el divorcio europeo. Para May, Trump es la oportunidad de oro para saltar al primero desde el último puesto de la cola al que el expresidente Obama dijo que enviaría al Reino Unido para negociar un acuerdo comercial una vez el Reino Unido abandone el mercado único europeo.

UNA OTAN FUERTE

Comercio sí, pero seguridad también. Y a la primera ministra británica le interesa mucho convencer a Trump de la necesidad de una OTAN fuerte y compacta. El presidente había calificado a la organización de “obsoleta”. La fortaleza de la OTAN es garantía contra los desafíos y amenazas a la seguridad y estos son retos que no se detienen ante fronteras. May sabe que sin una sólida estructura de defensa, capaz de compartir información y con unas fuerzas integradas, el Reino Unido y una Europa débil (a la que al menos geográfica e históricamente pertenece su país), vivirían en un mundo demasiado inseguro. Por ello, para el Reino Unido post-brexit la Alianza Atlántica es también el hilo que le unirá a Europa, al menos en estas cuestiones. Que May logre sus objetivos en su viaje a Washington no depende de ella sino de un presidente imprevisible al que mueve una única idea, la de ‘Estados Unidos primero’.