A FAVOR

Por el futuro de nuestros hijos

ÀLEX CASTILLO

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¿Por qué estamos plenamente a favor de la huelga de hoy? Lo podemos resumir en una frase: porque no queremos para nuestros hijos una escuela como la que sufrieron nuestros abuelos. Porque los retos del siglo XXI no se resuelven con recetas del siglo XIX. La LOMCE es una ley retrógrada, innecesaria, no consensuada, con poco acompañamiento financiero y nada científica. Con estos elementos pretende resolver los grandes desafíos de la educación actual.

El supuesto mal funcionamiento del sistema educativo es la excusa perfecta para una involución drástica en materia pedagógica, el retorno a las reválidas de los años 50, al modelo de itinerarios diferentes según las capacidades demostradas por los alumnos a los 13 años, la eliminación de competencias autonómicas, la eliminación de la filosofía de la escuela y la conversión de la religión en asignatura evaluable, la conversión de los consejos escolares en órganos consultivos, la ruptura del modelo de inmersión lingüística, el blindaje del concierto en escuelas elitistas, etcétera.

Se ha dicho por activa y por pasiva que el sistema educativo español es un desastre, que somos los últimos en todo y otras simplificaciones tendenciosas que no tienen mucho que ver con la realidad. Parece que cuanta más mala fama tenga la escuela, más fácil resultará hacer de la educación un negocio al servicio de una minoría. Algunos indicadores, como la tasa de abandono prematuro de los estudios, se han reducido. Tenemos un sistema educativo mejorable -temas como la segregación escolar son una auténtica vergüenza-, pero el verdadero problema lo tenemos en el sistema productivo.

Según PISA, un 15% de los alumnos catalanes no llegarían a los mínimos exigibles, pero en cambio los alumnos que abandonan la escuela son el 26%. Y aquí radica el gran problema. ¿Por qué ese 11% que tiene capacidad para estudiar decide no hacerlo? Quizá la respuesta haya que buscarla más en el modelo productivo que en la institución escolar. La escuela dota a estos jóvenes de las capacidades para seguir estudios avanzados pero ellos deciden no estudiar, por un lado porque se podían encontrar trabajos poco cualificados y por otro porque los trabajos cualificados están muy mal remunerados. El drama de la educación en este país radica en la avaricia del poder económico, que no está dispuesto a pagar por el conocimiento de nuestros jóvenes, la generación mejor preparada de la historia. El poder económico ha construido un sistema basado en salarios bajos y poco impulso de la investigación. El hecho de que ningún investigador en España haya tenido un Nobel en ciencias después de Ramón y Cajal nos muestra claramente dónde estamos. Y estamos en este punto por la falta de una política pública de I+D y la falta de una política empresarial orientada a la investigación. La escuela tiene carencias, pero no es justo cargarle la responsabilidad de todo lo que no funciona en nuestra sociedad. La escuela no tiene la culpa de Bárcenas; algunos partidos y cierta clase empresarial, sí.

Como queremos un futuro más justo y próspero para nuestros hijos, las familias allí estaremos, apoyando la huelga de hoy.