Peccata minuta

La peste

Piensan solo en salvar su piel y no la de quienes decían representar gracias a la picaresca legal

Gürtel Barcenas

Gürtel Barcenas / periodico

JOAN OLLÉ

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Dice el dicho que el principal objetivo de un/a preso/a es fugarse. Y de aquí podemos deducir que la máxima preocupación de un investigado/a o imputado/a sea conseguir por todos los medios, gracias a sus abogados/as, a sus contactos con jueces/zas, fiscales/as, ministros/as, gángsters o banqueros/as, que con un par de llamadas telefónicas todo les resulte más llano, más humano, más llevadero. ¿Quién nos iba a decir a los/las progres de anteayer que nuestra actual máxima aliada sería la Guardia Civil caminera de García Lorca? ¿Ángeles/as de la guarda de los/las civiles, de la civilización? Un bravo por la profesionalidad de los/las detectives con tricornio.

Entiendo que, uno a una, sean del PP, del PSOE, de la ex-CiU… todos/as piensan solo en salvar su piel y no la de quienes decían representar –todo prestigio personal ya podrido– gracias a la picaresca legal, a que sus defensores/as se pongan a hurgar como ratitas entre los agujeros del queso hasta salir airosamente del lácteo laberinto judicial. No olvidemos que las leyes y su letra pequeña las redactaron los/las más listos/as, no los más justos/ as, siempre en previsión de poder librarse ellos/as mismos/as y sus amigos/as de las futuras consecuencias de sus decisiones. Si la informática, recién parida, tiene 'hackers', ¿cómo  no va a tenerlos la muy anciana justicia? Ojalá Jordi Évole pudiese entrevistar a Aristóteles y preguntarle qué se ha hecho de su Política, de su Aristocracia, donde, etimológicamente, gobernaban  los/las  mejores.

GARRAS DE TERCIOPELO

¿Quién es mejor que quién? A todos los cerdos/as de los grandes y no tan grandes partidos –desprestidigiadísima  palabra– les va llegando su san Martín,  pero todos/as sobreviven orgullosos/as de sus fechorías, y,  como gatos/as de siete vidas, siguen arañando nuestras vidas con sus afiladas garras de manicura y terciopelo. La única ventaja que tenemos nosotros/as –los/las honrados/as a la fuerza– es poder contemplar el plano general del estercolero. Sí, cada día irán saliendo en portada de los medios aún libres todos ellos, ellas y los/las que se les irán añadiendo: los/las delincuentes, ensimismados/as en su narcisista primer plano, en su amañada defensa, parecen no darse cuenta de que forman parte, cada uno/una por sus méritos, de un 'dream team' criminal coincidente en un único objetivo: robar a los/las  más humildes en nombre de las patrias, de la Constitución, del Mercado, del Evangelio. Tal vez juzgados/as uno a una por nosotros/as, ignorantes de la flexibilidad de algunas leyes, hubiésemos sabido ponderar sus humanos errores; pero observados/as panorámicamente, como en 'El triunfo de la muerte' de Brueghel el Viejo, vemos que la cosa va de epidemia, de peste.