DOS MIRADAS

Pellizcos

El 155 interviene en la vida política catalana de dos maneras, por acción y por omisión

Íñigo de la Serna

Íñigo de la Serna / bcm

JOSEP MARIA FONALLERAS

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

La aplicación del artículo 155 aplicación del artículo 155fue contemplada, en aquellos tensos días de finales de octubre, como una medida con dos caras. Unos vieron el rostro imperturbable y adusto del Estado, dispuesto a tensar las costuras de la Constitución para ir más allá de lo que el mismo espíritu del 155 permitía. Otros encontraron que la intervención era más bien blanda –a pesar de la mayor: el cese del Gobierno y la irrupción en las instituciones– porque las medidas del Gobierno español todavía podían haber atacado con más entusiasmo, como el cierre de las emisoras y televisiones públicas.

Al cabo de unos meses, se deduce que el 155 interviene en la vida política catalana (y cuando digo política me refiero a un todo más general) de dos maneras: por acción y por omisión. Entre las acciones, por supuesto, la más importante, la apropiación del ejecutivo catalán, con todas sus consecuencias. Entre las omisiones, todo lo que la Generalitat no puede hacer porque no hay Generalitat, no solo en un sentido institucional sino como referencia del día a día.

Una máquina de laminar

Los altos cargos que permanecen en su lugar han optado porque la administración no se detenga (a pesar de las tentaciones de hacer justamente lo contrario) pero el peligro evidente es que el 155 está funcionando como una máquina de laminar. Cada día la plancha es más fina, más deformada, más insustancial. El 155 no fue solo una entrada al galope sino, sobre todo, un dinamitar a base de pellizcos.