MIRADOR

¿Ganará Pedro Sánchez las primarias del PSOE?

La poca distancia en los avales y la corrupción del PP aúpan al exsecretario general

Patxi López abraza a Pedro Sánchez, el pasado Sant Jordi en Barcelona.

Patxi López abraza a Pedro Sánchez, el pasado Sant Jordi en Barcelona. / periodico

Joan Tapia

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Ya han pasado seis meses desde el lamentable espectáculo del 1 de octubre (defenestración y dimisión de Pedro Sánchez), pero el cisma sigue. Todo se habría solucionado, claro, si el PSOE tuviera un Alfonso Guerra del siglo XXI, pero para un partido progresista es mejor la libre discusión, incluso con confusión, que aquello de “el que se mueve no sale en la foto”, que tan bien aplicaron luego José María Aznar y Mariano Rajoy. Salvo, claro, que la perpetuación del espíritu del 1 de octubre no comporte el eclipse del partido.

Javier Fernández ha dicho, con bastante razón, que a partir de cierto momento todos sabían lo que había que hacer -no vetar el Gobierno de Rajoy-, pero que el problema era cómo ganar luego el aplazado congreso. El conflicto es anterior porque un sector del PSOE quería echar a Sánchez desde antes de las elecciones del 2015. Y este no podía levantar el veto -aparte de por ideología y la incompatibilidad mutua con Rajoy- porque habría dado la excusa para que luego le echaran. Incluso pensaba -Jordi Sevilla lo explica bastante bien en su libro- en terceras elecciones. Por eso sus enemigos (diversos) tuvieron que ejecutarlo de forma brutal y volvieron a errar al ordenar la abstención de todo el grupo socialista -ahondando el cisma e irritando a mucha militancia- cuando bastaban unos pocos votos en blanco. Hicieron de Sánchez un mártir.

El viernes salieron los avales y la confianza de algunos en que Susana Diaz arrasaría se esfumó de golpe. Con gran participación (132.000 avales, el mismo número que votos en las primarias del 2014) y una diferencia de solo 5.000 a favor de Diaz, lo más probable -falta el debate del lunes- es que gane Sánchez. Porque para los militantes de izquierdas la abstención a favor de la derecha nunca es un plato de gusto y lo que menos requería era una fuerte división, porque la corrupción del PP rema a favor de Sánchez, y porque Diaz no ha hecho ningún discurso consistente, solo presume de “ser ganadora y 100% PSOE”. Y el apoyo del aparato y el pasado no es garantía de nada. ¡Lamentable lo de José Luis Rodríguez Zapatero al decir que Diaz no era querida en Catalunya por ser mujer y andaluza!

Las primarias son duras -el pobre Patxi López lo paga-, pero nadie tiene toda la razón. Es una estupidez acusar a Sánchez de ser el culpable cuando el PSOE perdió mal, y sin saberse defender, las elecciones del 2011. Y luego no ha sabido analizarlo. Pero aunque los militantes pidan caña, Sánchez debería saber que, enterrado el bipartidismo y con cuatro partidos, el “no es no” sirve de poco, excepto si se forme una mayoría alternativa. Y Podemos ha vuelto a demostrar con su último número (la censura) que no ha nacido para gobernar.

El PSOE está en un momento difícil pero increíblemente aguanta (ahí está la encuesta del CIS de este martes). Y contra lo que pretendía Pablo Iglesias la moción de censura ha servido para unir algo a los tres candidatos. Pero deberían sintonizar bastante más. Y analizar bien lo que implica hoy el euro y lo que está pasando en Francia.