Apunte

La noche anterior a la batalla

JOSEP MARIA POU

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Me dicen que hoy es jornada de reflexión y que debo reflexionar. Yo les digo que llevo años reflexionando y que, teniendo la mente clara, tengo el sentimiento espeso. Pero, eso sí: el voto limpio y planchado. Vestido de domingo.

Me dicen que ha terminado la campaña electoral y les digo que no me lo creo. La campaña electoral más larga de la historia, que arrancó hace ya muchas manifestaciones, seguirá hasta quién sabe cuándo, para llegar a quien sabe dónde. Las elecciones de mañana son solo una estación. Breve parada.

Me dicen que la de mañana es jornada histórica. Acudo a Shakespeare (tan a mano, tan genial, tan certero como siempre) y encuentro, en su  Enrique V, otra jornada histórica de hace 600 años. En otro otoño recién estrenado, como éste. La batalla de Agincourt (o Azincourt, a elección). La noche anterior a la batalla. Noche larga. Tensa espera. El cuerpo en descanso. La mente en vigilia. Y el famoso discurso de ánimo a las tropas. Entresaco del texto unas cuantas frases, por si alguno quiere decirlas a los suyos esta noche. Cada cual a su manera. Sirven para todos. Es solo cuestión de matiz. De libre interpretación.

Dice Enrique V, entre otras cosas: «Ni un hombre más. Si hemos de morir, ya somos bastantes. Y si hemos de vivir, cuantos menos seamos, mayor será nuestra porción de honor…». «El que no tenga estómago para esta pelea, que parta; se redactará su pasaportey se pondrán unos escudos en su bolsa para el viaje. No quisiéramos morir en compañía de un hombre que teme morir en nuestra compañía…». «Este es el día de San Crispín. El que sobreviva a este día y llegue a la vejez, cada año, en la víspera de esta fiesta, invitará a sus amigos y les dirá: 'mañana es San Crispín'. Entonces se subirá las mangas, y, al mostrar sus cicatrices, dirá: 'recibí estas heridas el día de San Crispín. Los ancianos olvidan, pero incluso quien lo haya olvidado todo recordará aún las proezas que llevará a cabo hoy…». «Y los caballeros que permanecen ahora en el lecho de Inglaterra se considerarán malditos por no estar aquí, y será humillada su nobleza cuando escuchen hablar a uno de los que haya combatido con nosotros el día de San Crispín».

Sakespeare aparte, acudo también al Sócrates más sosegado, que me acompaña estos días:  «Si queremos encontrar la verdad, tenemos que forzar el intelecto y tratar de llegar a ella a través de la razón».

Feliz domingo.