Análisis

Muchas preguntas para Holmes y Poirot

Este nuevo episodio de filtraciones masivas de datos pone de relieve la fragilidad estructural de la idea de 'orden global¿

PERE VILANOVA

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Al menos para los no iniciados, ni en economía ni en ingeniería financiera global, este asunto de los 'Panamaleaks' plantea muchas más preguntas que respuestas. Para empezar, la vulnerabilidad informática, o en las redes, de refugios en teoría opacos, blindados por grandes especialistas a los efectos que convenga. Ya hubo otras filtraciones monumentales, desde el 'caso Assange', al 'caso Snowden', pero esta vez el caso concierne a más de 12 millones de archivos 'herméticos'.

Uno no entiende muchas cosas de este caso, partiendo a la vez de la presunción de inocencia y de que los nombres de personas que se citen valen lo que valen las fuentes que los han divulgado. Por ejemplo, varios nombres de altos miembros de altas familias reales de la región del Golfo Pérsico. Si tienen todo el poder, si uno no se imagina a ningún fiscal osando pedir explicaciones de nada, ¿por qué esta manía de mover el dinero de una punta del planeta a otra, con sociedades interpuestas? ¿Temen algo como un golpe de Estado que les deje en la calle con lo puesto? La sorpresa más chocante para muchos: ¡el primer ministro de Islandia!

LOS AHORROS POR INTERNET

Otra pregunta es más casera. ¿Es prudente manejar legalmente los propios ahorros a través de internet, diga lo que diga la entidad bancaria concernida, mediante un 'password'? La intervención delictiva de terceros, según parece, se llama 'phishing', pero si se publican los nombres de centenares, miles, de personas de todo el mundo a una escala sin precedentes, ¿de quién hay que fiarse?

Y luego la otra parte del argumento. La verdad es que todo esto, 'a priori', no tiene por qué ser ilegal, se puede tener dinero (siempre que no provenga de actividades delictivas) o participar en sociedades en otros países, a condición de que estas actividades operen dentro de los parámetros de legalidad del país en el que el interesado tiene obligaciones tributarias.

Los estados, actualmente, incluso los que se rigen por el principio del imperio de la ley (Rule of Law), ¿tienen el instrumental investigador y jurídico suficiente para llevar a cabo la necesaria fiscalización? ¿A escala transnacional? Los expertos dicen que depende, entre otras cosas, de la total colaboración de los gobiernos concernidos. No digamos ya en casos de regímenes políticos que no cumplen ni de lejos los mencionados criterios de supremacía de la ley.

LAS NUEVAS AMENAZAS

Por ello, lo que pone de relieve este nuevo episodio de filtraciones masivas de datos es la fragilidad estructural de la idea de 'orden global', tan cara a personalidades como Henry Kissinger. Hoy en día las estrategias de seguridad de muchos estados ponen el acento en 'nuevas amenazas', como el ciberterrorismo, referidas a grupos como Daesh haciendo terrorismo por internet, pero el 'Panamaleaks' es otra cosa que no sabemos si puede equipararse a ciberdelincuencia común, o qué.

Da ganas de pararse a pensar: ¿qué harían Sherlock Holmes o Hercules Poirot ante este caso?.