Al contrataque

El monstruo

ANA PASTOR

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Antes de entrar en el supermercado mira el monedero. Calcula si puede comprar la botella de aceite, el litro de leche y la barra de pan. Comprueba que no puede y decide coger solo las dos últimas cosas. Rocío camufla el dolor que le causa este relato intentando sonreír por encima de las ojeras de tantas noches sin dormir. Para ella y para Fernando, su marido, sacar adelante a sus tres hijas está siendo un acto heroico y muy injusto. El colegio se ha convertido en un refugio en el que sus niñas pueden comer a diario.

Ojalá esto fuera literatura. Pero no lo es. Contamos su historia hace algo más de un mes en el programa El objetivo. Es desgarrador escuchar a un padre en la España del siglo XXI explicar con la voz rota que sus niñas en una ocasión le pidieron perdón por haber bajado la nota de un examen de un 9 a un 8. «Ellas te dan todo y tú no puedes darles nada», sentencia Fernando ante la mirada frustrada de mi compañero Marc Camp de la Creu. He recordado esta tremenda frase al leer que la Defensora del Pueblo, Soledad Becerril, ha pedido a las comunidades autónomas que, en los colegios que reciben fondos públicos, los comedores escolares sigan abiertos durante todo el verano. Para muchos niños es la única alternativa al estómago vacío. Es la única alternativa a la indignidad.

Y se trata de una decisión política. Las comunidades tendrán que retratarse. De momento el Gobierno regional de Madrid ya ha dicho que no (dice que no hay niños en esa situación). Cuestión de prioridades. Hacerlo o no hacerlo. No hay una tercera opción. Al menos desde la Administración pública. Porque al rescate de los ciudadanos aparece como siempre el llamado tercer sector, las organizaciones que están sujetando los costurones de nuestra sociedad.

No hay vacaciones

Un dato: Ayuda en Acción atiende de manera directa a 2.000 personas en toda España. Ayuda en Acción hace que los niños que habitan esas 2.000 familias puedan comer a diario. De manera indirecta contribuyen a mejorar la vida de 7.500 familias con programas de todo tipo. Esta semana la directora de un colegio público de Madrid explicaba con lágrimas en los ojos en El intermedio que es muy fácil desde la política hablar de cifras, pero que ellos, los profesores, ven caras y ven familias.

Ayuda en Acción lucha contra un monstruo que no desaparece solo porque los medios llevemos un tiempo entretenidos con otros temas, importantes, sí, pero no vitales en el sentido estricto de la palabra. Las oenegés y muchos profesores de nuestro país ya han demostrado estar a la altura durante todo este tiempo. Así que recuerden bien, políticos que gobiernan: el monstruo no se va de vacaciones.