Messi y el cuento tétrico de Argentina

Faltan todavía nueve meses para el Mundial, demasiado tiempo para que España empiece a meter el cava en la nevera, porque es un torneo en el que gran parte del éxito depende del estado de forma en el que llegan los mejores jugadores. Sin embargo, en un año Lopetegui ha conseguido levantar de los escombros a un candidato. Si el Mundial empezara la semana que viene, España sería una de las favoritas, junto a Brasil, Alemania y Francia.

No puede decirse lo mismo de Argentina, y parece mentira. De hecho, la selección que cuenta con el mejor futbolista de la historia tal vez ni siquiera llegue a verle de cerca la cara a Putin.

Argentina intenta sobreponerse a ese aire fúnebre que todo lo invade, pero sin rumbo nunca hay viento a favor

Argentina vive con aprensión y asfixia anímica las vísperas de ese viaje a Ecuador para disputar un partido decisivo a 2.850 metros de altura. La selección intenta sobreponese a ese aire fúnebre que todo lo invade, pero sin rumbo nunca hay viento a favor. Es un equipo errático, que juega mal y como consecuencia ofrece una estadística increíble: ¿cómo es posible que un plantel que tiene a Messi, Agüero, Higuaín y Dybala promedie menos de un gol por partido (16 en 17), solo por encima de Bolivia? Una posibilidad es que Argentina sufre un mareo táctico (tres seleccionadores en esta fase de clasificación) y además carece de grandes futbolistas en la línea de creación. En resumen: Messi está más solo que la una.

Obligado por todos

Su partido ante Perú fue un nuevo caso de angustia. Obligado en las piernas por unos compañeros que no dan más de sí y en la mente por un país que le pide que lo haga todo todos los días, Messi tiene que escribir el cuento, pintar los dibujos, llevarlo a la imprenta, venderlo en las librerías y contárselo a los niños antes de que se duerman. Nadie le ayuda en la cadena. Recorre metros y más metros en busca de socios cualificados que no encuentra, y eso le obliga a veces a tomar decisiones imperfectas. 

Argentina, haga algo pronto: el Mundial es un cuento que necesita a Messi.