'I love Europa'

Hace nada, Europa parecía una madrina atenta y cariñosa que nos había ayudado a salir del pasado de aquella España miserable y atrasada. Hoy parece esa malvada Maléfica que nos arrebató un ayer lleno de gloria y nos priva de un mañana pleno de riqueza y fortuna. Hace nada, en las fiestas de verano sabías que había llegado al baile cuando encontrabas el poste donde ondeaban las banderas de la comunidad autónoma, España y Europa, con aquel color tan azul y sus estrellas relucientes. Hoy ya casi no quedan bailes.

Se habla tanto de la abstención vaticinada para estas elecciones europeas y se le otorga tanto valor que a veces parece conformar el resultado que interesa al pensamiento dominante. La abstención es la coartada perfecta. Si la gente no vota, será porque no le parece tan mal que le apliquen políticas de sufrimiento masivo y en el fondo quiere más dolor. Tal vez por eso no votar tenga tanto valor y tanta interpretación, mientras que votar queda para los pardillos que se creen todo cuanto les cuentan.

A mí me gusta Europa y el ideal que representa. Creo que se han hecho muchas cosas mal, pero todas tienen arreglo. Por eso iré a votar. No compro el discurso de que Bruselas nos impone esto o lo otro, porque Bruselas somos nosotros y nuestros gobiernos. Lo que se decide allí se escoge con nuestro voto. Más aún cuando vamos a elegir por primera vez un Parlamento Europeo que ya casi parece un parlamento de verdad con poderes de verdad.

Tampoco me trago la matraca de la desafección política. No recuerdo unas elecciones donde hubiera tanta y tan variada oferta. Hay de todo, partidos pro sistema y contra el sistema, derecha, izquierda, centro y extremos, candidatos que llevan toda su vida en política y otros que se acercan por primera vez. Hay para todos los gustos y posiciones. Usted manda.