ENTREVISTA CON EL Periodista, productor y director de cine

Jordi Llompart: "La niña de la película no es mi hija Jana"

Viene de Namibia y mañana empieza en Barcelona la última parte del rodaje de su nueva película, en 3D, El cuento mágico, título provisional

Jordi Llompart.

Jordi Llompart.

HELENA GARCÍA MELERO

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--¿Qué cuenta su película?

--Es la historia entre una niña y un niño bosquimano que está enfermo. El niño quiere volver a su país, Namibia, y ella sigue sus pasos. Así llega a África. Durante ese viaje habla con distintos animales, porque todos los seres vivos del desierto tienen alma. Busca conectar emocionalmente y, no sé, quizá espiritualmente también. No querría que se interpretara mal la palabraespiritualidad.

--Entiendo lo que quiere decir.

--Se trata de un fondo de espiritualidad muy positiva, muy optimista. Es un viaje a unos mundos imaginarios mágicos situados en África. Se podría decir que recuerda aAlicia en el país de las maravillasy aEl principito. La protagonista es una niña que va a África y descubre el sentido de la vida. La razón por la cual estamos aquí. Y lo hace jugando, viajando e imaginándose cosas.

--¿Qué edad tiene la niña?

--Diez años.

--¿Los mismos que tendría su hija ahora?

--Sí.

--¿La película es la continuación del cuento El cor damunt la sorra

-- Sí, en cierto modo, sí. El poso de lo que contaba en el cuento está en el filme. Lo que ocurre es que la película tiene unas necesidades narrativas distintas. Es una evolución del cuento. La niña de la película transmite una personalidad distinta. Que nadie quiera ver que la protagonista es la propia Jana, mi hija. No quiero que el filme desprenda un mensaje personal, introspectivo o egoísta, sino todo lo contrario.

--¿A quién va dirigida?

--A los niños, pero también a todas aquellas personas que aún llevan el niño dentro. Creo que habrá muchos padres que se sentirán como niños viéndola. Y de eso se trata.

--Tras el accidente, ¿también usted se ha vuelto más niño?

--Sí. Cuando sufres lo que yo he vivido, y que también ha vivido mucha gente que ha pasado por situaciones similares, lo que haces es explorarte. Pero no te exploras con el pensamiento: te exploras con los sentimientos, te dejas llevar, te dejas tocar por las sensaciones, conectas con el universo. Pasas muchas fases. La primera es rechazar el mundo.

--Sin embargo, en el cuento El cor damunt la sorra

--Sí, pero no se engañe, ese optimismo no es el mío, es el de la niña. Mi optimismo es crítico. Yo tengo que nadar, es un optimismo forzado. Todos los niños transmiten ese optimismo y, cuando los perdemos, es cuando somos conscientes, cuando recordamos lo que habíamos aprendido de ellos. En aquel cuento yo solo plasmé los sentimientos de mi hija. A veces pienso que no lo escribí yo, sino que lo escribió ella. No hubo ningún ejercicio literario: dejé que me saliera ella, lo que ella me comunicaba. No me preocupé ni del ritmo, ni de puntos, ni de comas.

--En el cuento, ella le preguntaba al hada: "¿Qué es saber existir?". Y el hada respondía: "Sobrevivir".

--Es que la vida es prepararse para morir. Desde este punto de vista, los que saben vivir son los que saben sobrevivir porque son los que se preparan para la muerte. La muerte nos acompaña siempre. El miedo que antes tenía a la muerte ahora ya no lo tengo.

--¿Quién le ha ayudado?

--Amigos, médicos, todo suma. Pero me he dejado guiar por lo que sen- tía. La soledad hace que te toques a ti mismo. Siempre me ha ayudado interpretar la vida desde el punto de vista de la filosofía más oriental, pero no quiero hacer un discurso de manual de autoayuda. Todas las religiones ayudan, pero lo que has de descubrir está dentro de ti. Es cuestión de buscar.

--El guión de la película, ¿es suyo?

--Sí. Hubiera sido una jugada haberle dado este guión a otro. Hay cosas que han sido retocadas por gente experta que me ha dicho: "Aquí te ha faltado sentido del humor". Y estamos rodando la versión número 22 del guión.

--¿Cómo ha sido trabajar con niños?

--Genial. Es increíble cómo los niños han entendido el sentido de la película. Más que los adultos.

--¿Son niños con experiencia cinematográfica?

--En absoluto. Hicimos uncastinga más de cien niños de Namibia. Tenían que estar tres meses lejos de su mundo. Hemos rodado en sitios a 44° de temperatura, hemos montado ciudades de tiendas de campaña en pleno desierto. Éramos como un circo. Tenían una profesora para seguir el curso escolar en el desierto. Unas horas de rodaje, unas de descanso y otras de estudio.

--Y cuando acabe la película...

--Me dejo llevar por el presente. Es un error generarse expectativas porque luego la vida te lleva por otros caminos. Si no llegas a hacer aquello que tenías previsto, te creas grandes frustraciones.