De fotógrafos y periodistas

Poco después de ocupar laSedeque había dejado vacante el maestroJosep Pernau, escribí un artículo sobre el fotógrafoMiquel Ruiz,que fue uno de los fundadores de Fotògrafs per la Pau. La tragedia de Bosnia marcó su vida, y en su blogPer un plat de llenties 54,la ha fotografiado y ha dejado testimonio de ella. Ha viajado a menudo a Srebrenica y cada 11 de julio asiste a la ceremonia fúnebre del cementerio de Potocari o, al menos, la recuerda con emoción e intensidad. Hace una semana, mientras el mundo se fijaba en una pelota de fútbol, se enterraban 775 cuerpos en aquel enclave bosnio, en una operación lenta que es fruto de la dedicación constante para devolver el nombre y el linaje a unos huesos que, año tras año, recuperan la dignidad del ser humano.

Seguro que han visto la cantidad de pequeños féretros cubiertos con una sábana verde. Si no, miren el blog deMiquel Ruiz. Son ondulaciones casi poéticas, olas que se despliegan en el océano de una tierra que los acogerá después de los rezos. Las fotografías son poderosas y desgarradoras. Desde la llegada a Srebrenica de los camiones cargados con los restos hasta la procesión con las cajas que se depositarán en los agujeros que se cavan con orden, llantos y respeto. Pasando por la ira, arrebatada o contenida, de todos los que luchan para preservar la memoria de los que murieron ahora hace 15 años.

Hoy, en la última de lasSedesque he escrito durante un año, he pensado en otra fotografía, la del padre dePernau,asesinado en el bombardeo fascista de Lleida. Su mujer llora el cadáver repentino: unaPietàdeAgustí Centellesque también es poderosa y provoca espanto. Pienso en ello y rindo humilde homenaje a un maestro, lo repito, y a un hombre bueno, y sabio y digno, a quien yo he suplantado todo este tiempo en la silla que le corresponde.