El epílogo

La Europa colapsada

ALBERT SÁEZ

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Hay algo peor que quedarse atrapado en un aeropuerto sin poder viajar en un puente: quedarse atrapado en Navidad sin poder viajar para reencontrarse con la familia. Así están centenares de miles de ciudadanos en el centro y en el norte de la Europa sin fronteras que favorece la movilidad de estudiantes, trabajadores y profesionales. La imagen resulta ciertamente inaudita en una de las zonas más desarrolladas del planeta, especialmente cuando parece que no se trata de un temporal de magnitud excepcional aunque sea poco habitual en cuanto a su duración en el tiempo.

Por una vez en la vida, la Comisión Europea -eso que en el argot periodístico llamamos «Bruselas»- ha salido en defensa de los ciudadanos víctimas del colapso aéreo y ha lanzado una filípica contra los responsables de los aeropuertos. Les ha pedido, resumiendo, que hagan el favor de dotarse de los medios técnicos necesarios para poder operar cuando nieva y se hielan las pistas y los reactores. Les ha requerido con la capacidad de amenazar que tiene la Comisión a través de una directiva de obligado cumplimiento en todo el continente. Esa Europa, a la que culpamos a menudo de casi todos nuestros males o a la que culpan los gobiernos locales parapetados en las instituciones comunitarias, es la que ayer defendió a las víctimas.

La vida 'low cost'

Repletos de pasajeros enojados por el colapso, los aeropuertos afectados han guardado un prudente silencio. Pero tendrían argumentos para sonrojar a los responsables comunitarios. Este tipo de carencias no es más que el correlato último de las políticas de ahorro sistemático de costes en las que se ha basado la economía europea en los últimos decenios. Puesto que no puede competir en mano de obra ni en impuestos ni en talento, Europa se ha especializado en el low cost, en la eliminación de costes pretendidamente innecesarios. Seguro que alguna lumbrera decidió que las dotaciones contra la nieve se podían eliminar porque su coste era superior a las pérdidas derivadas de cerrar el aeropuerto. Pero no calculó el coste si era Navidad.