Perlas del papel

España, en primera línea de fuego

'El Economista' ve detrás de la crisis financiera un «conflicto de solvencia»

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ALBERT GARRIDO

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Aquí está la derecha de toda la vida en estado de guardia permanente, a pie de obra y a la espera de que la conjunción astral de la deuda soberana hecha unos zorros, la bolsa, de capa caída, y el euro, a saber cómo respira, para hacerse cargo de la situación en cuanto se cumplan sus más negros vaticinios. Aquí está sembrando dudas el pergeñador de editoriales de El Economista a la espera de que los dineros salten por los aires: «El secretario de Estado de Economía, Campa, puede decir que solo se trata de un par de días de turbulencias, pero comienza a parecer un conflicto de solvencia que vamos aplazando».

Más madera, es la guerra. Aquí está José María Carrascal, con su terno de neoliberal impoluto, para abundar en las desgracias que presuntamente se avecinan. «Volvemos a estar como en mayo -escribió ayer en Abc-, solo que peor. Entonces teníamos a Irlanda y Portugal de colchón ante nosotros. Irlanda ha caído y Portugal se tambalea, lo que nos pone en primera línea de fuego». Ni Cristóbal Montoro en sus mayores tardes de gloria es capaz de igualarle cuando de lo que se trata es de dar ánimos y tranquilizar al auditorio.

Aquí viene, por si es preciso echar más leña al fuego, el ciudadano Fernando Navarrete, de la FAES, afamado think tank del PP, para recordarnos que las amenazas que nos acongojan pueden neutralizarse, según lo cuenta en La Razón: «Nada de eso es inexorable. Eso sí, hay que cambiar de Gobierno y de políticas para que España recupere la credibilidad y la confianza en sí misma».

Ante diagnósticos tan raciales, parciales y pintureros, la cátedra tiene pocas posibilidades de ser atendida. Dicho sea a propósito del artículo que firmó en El País José García Montalvo, de la UPF, lleno de sentido común: «Es altamente improbable que España no haga frente a sus compromisos. Pero los mercados han aprendido de la crisis subprime que los sucesos con una muy baja probabilidad también pueden acontecer».Por poco más o menos, los mercados -qué mercados, gobernados por quién, al servicio de qué intereses-han optado por poner el parche antes que la herida y aplicar un castigo preventivo a la economía española, a imagen y semejanza de lo que el presidente Bush hizo en su día en Irak: repartir estopa por si acaso.