La imagen de Barcelona

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Para promocionar Barcelona, quizá sería buena idea recuperar los piropazos que Cervantes y Don Quijote lanzaron a Barcino

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Joan Ollé

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La pasada semana el gran y amigo Sergi Pàmies proponía a los lectores de 'La Vanguardia' participar en un concurso de eslóganes para republicitar a nivel planetario la actual Barcelona como en su día hizo Nueva York con el mítico ILNY, donde la L fue un gran corazón. Y Pàmies lanza la primera piedra: "Perdonen las molestias. Estamos trabajando para ustedes." No me parece mal, aunque me atrae mucho más la primera parte que la segunda, ya que no acabo de adivinar a quiénes se refiere este "ustedes". ¿Tal vez a los que la 'bossa els sona'? En esto, Barcelona no tiene nada de particular: se asemeja en gran manera a cualquier otra ciudad del mundo.

La Barcelona 'desmaragallizada'

Parece ser que a causa del 'procés', el taxi y la ola de calor que nos invade,  el olímpico 'Amics per sempre' -ya con un cuarto de siglo a las espaldas- no pasa por sus mejores momentos para propios ni extraños. Solo con cruzar el Ebro, y aun sin atravesarlo, ya advertimos la caducidad de estas tres palabras.

Tampoco retroceder a principios del siglo pasado parece la opción más oportuna, ya que la 'Rosa de Foc' podría muy bien confundirse con la descolorida y espinosa flor del PSOE-PSC. Y la actual y 'desmaragallizada' Barcelona no merece en absoluto el dulce epíteto de 'Gran Encisera' que le otorgó en su día el abuelo y poeta Maragall.

Tal vez la buena idea sería largarnos al siglo XVI a recuperar los piropazos que Cervantes y Don Quijote lanzaron a Barcino: "Y, así, me pasé de claro a Barcelona, archivo de la cortesía, albergue de los extranjeros, hospital de los pobres, patria de los valientes, venganza de los ofendidos y correspondencia grata de firmes amistades, y en sitio y en belleza, única; y aunque los sucesos que en ella me han sucedido no son de mucho gusto, sino de mucha pesadumbre, los llevo sin ella, solo por haberla visto". ¡Toma ya!

¡Claro que sí: incluir Barcelona en la manchega ruta del Quijote! ¿Imaginan lo chulas que sonarían estas palabras en catalán? Podría ser un tema de negociación bilateral y, de paso, Gaudí no se quedaría tan solo a la hora de atraer visitas.