Ideas

Despedidas desconocidas

ALBERT ESPINOSA

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Artículo 191. Las despedidas son tristes. Despedir a alguien a quien no deseas dejar de ver no es nada agradable. Aunque a veces lo has de hacer porque no te queda otro remedio. Es despedirte de esa persona o despedirte del que eres.

Sé que parece muy intenso. Pero es que el otro día estaba con un amigo que vivió 191 días en Miami. Quizá no parece mucho tiempo, pero para él se convirtió en una eternidad pues en ese tiempo no hizo ningún amigo. Me decía que la amistad en EEUU es compleja, lograr un amigo de verdad es algo extrañamente complicado. Él es muy sociable pero no logró crear eso tan preciado y extraño que es un amigo del alma.

Por ello, cada sábado decidió ir a... Bueno, casi os lo cuento después de lo mejor de mi semana.

Tercer lugar. Modifica tu cerebro, de Joe Dispensa. Fabuloso libro de un valiente lleno de vida que demuestra que todo es posible si se desea con pasión y fuerza.

Segunda posición. El no concierto de Sabina en Barcelona. Sí, está en lo mejor de la semana. Por un problema personal no podía asistir y me apenaba tanto que se me hacía muy duro. Y el destino de un accidente leve ha alegrado mi vida. ¡Te deseo una recuperación instantánea!

Primer lugar. El convidat (TV-3). Echaba mucho de menos a Albert Om. Su vuelta con este fabuloso programa me ha hecho muy feliz. Un formato tan inteligente que seguro que dentro de nada será copiado por mil cadenas.

Y volviendo a mi amigo. Decidió acudir cada sábado al puerto a ver partir enormes transatlánticos de crucero. Me contaba que eran tan grandes que no conseguía abarcarlos. Pero no iba por el tamaño de esas naves sino a despedir a desconocidos. Me cuenta que los pasajeros del barco pasan casi dos horas antes de partir saludando con la mano, enviando besos y lanzando cariño a sus seres queridos y también a cualquiera que les envía amor.

Y es justo lo que necesitaba mi amigo, recibir amor, cariño y besos, aunque fueran de desconocidos. Me cuenta que gozaba tanto que era su terapia semanal para sentirse mejor. A veces entablaba tan buen rollo con algún pasajero que volvía al puerto para darle la bienvenida. Me encanta la sonrisa que le sale cuando lo explica. ¡Feliz domingo!