Al contrataque

Desde el suelo

ANA PASTOR

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Juan nunca pensó que la vida podía regalarle aún una nueva oportunidad. Hace ya mucho tiempo que todo había desaparecido a su alrededor. Primero fue el trabajo. Después fue la familia. En tercer lugar se esfumaron los amigos. Y, por último, Juan perdió la cordura. Bajo sus pies, el vacío. Su cuerpo se movía con torpeza por las calles. Unos cartones y poco más le hacían compañía. Hasta que algo cambió.

Juan es una de las 40.000 personas que duermen en las calles de nuestro país en pleno siglo XXI. De todos ellos, 8.000 no acceden a ningún tipo de servicio social público o privado. Es solo una estimación porque es difícil establecer un censo exacto en estas condiciones. Frente a quienes como Esperanza Aguirre, probable alcaldesa de Madrid en tres semanas, se muestran molestos por su presencia, hay quien sale a su encuentro para rescatarles.

La Fundación Rais lleva años trabajando para dar alternativas a gente como Juan. Su existencia no les molesta. Ellos quieren un país más decente. Por eso, han puesto en marcha una audaz iniciativa. Se llama Housing First y ya se realiza en otros lugares como Berlín y Copenhague. Consiste en ofrecer una casa a quienes están en peores condiciones, a los que están completamente fuera del sistema porque a su situación económica se suman otros factores como problemas mentales o de adicción. Se les ofrece directamente una vivienda estable y los apoyos que necesiten. Cualquiera pensaría, desde fuera, que la gente como Juan no puede reintegrarse a una sociedad que le considera un peligroso marciano. Nada mejor que dejarse sorprender por algunos datos.

Me cuentan en la Fundación Rais que han cedido ya 28 viviendas (que en Madrid son de la empresa municipal de la vivienda y en Barcelona son del mercado privado pero con ayuda pública municipal para el alquiler). Se hace un control de seguimiento a cada uno de sus ocupantes que ha permitido saber que hay una tasa de mantenimiento de la vivienda del 80 %

Una de las personas que accedió al programa en cuanto pudo reunir algo de dinero se fue al banco para abrir un seguro que protegiera su nuevo hogar en caso de que hubiera algún desperfecto. Gracias a este proyecto, otro de ellos cenó por primera vez con su madre. No la veía desde hace 20 años.

Marcando casilla

Son gente que ha sido levantada literalmente del suelo. Todo esto, por cierto, se financia en gran parte con el dinero que la Fundación recibe si marcamos la casilla de la declaración de la renta de las ONG. Una vez más... ciudadanos rescatando ciudadanos. Y yo que pensaba que la política servía precisamente para eso.