Desconcierto en el Ibex y susto en Podemos

JESÚS RIVASÉS

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Los jefes de las grandes compañías del Ibex 35 esperan desconcertados la cita electoral del 26-J. Saben, porque lo comprueban día a día, que el poder político siempre está por encima del económico, diga lo que diga la izquierda radical. Ningún banco o empresa, por grande y multinacional que sea, puede luchar contra el BOE de turno. Es una contienda desigual y, cuando se produce, siempre vence quien controla los resortes políticos. Es lo que explica la histórica frase del líder de la banca en los albores de la democracia, José María Aguirre Gonzalo: "El banquero tiende a ser gubernamental, no puede ser de otra forma". Y también la más reciente posición del desaparecido Emilio Botín, quien tras pedirle a Mariano Rajoy sin éxito que solicitara la intervención de España por las autoridades europeas, cambió el tercio y le espetó: "Siempre apoyaré lo que hagas".

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El resultado de la repetición electoral preocupa a los grandes y menos grandes del Ibex. Sobre todo temen que las urnas no aclaren el panorama y que no haya Gobierno en meses. La criticada decisión de Rajoy de aprobar anticipadamente los Presupuestos de 2016 -con toda la oposición en contra- ha permitido que el país siga adelante con un Ejecutivo en funciones. Ahora, sin embargo, hay que empezar a preparar los de 2017 y las incertidumbres se multiplican porque, por ejemplo, la actualización del Programa de Estabilidad 2016-2019, remitido por el Gobierno a Bruselas, deja en el aire demasiadas incógnitas. Afectan a todos, y también a los jefes del Ibex.

Durante años, los grandes banqueros y empresarios encargaban y pagaban encuestas para intentar atisbar el horizonte político. Ahora lo hacen menos, aunque todavía pagan algunas y, sobre todo, conocen casi todas. También confían en su olfato, pero para su sorpresa, falla bastante. En vísperas de las elecciones del 20-D, el consejo de administración de uno de los grandes valores del Ibex, con algunos de los miembros más ilustres de la empresa y las finanzas, hizo una porra sobre los resultados. El fiasco fue tan grande que el vencedor fue uno de los extranjeros del consejo, que tampoco viene mucho por España. Y el pronóstico de quienes se suponía que tenían el pulso del mercado y del país ni tan siquiera se aproximaron a lo que salió de las urnas.

Ahora, aguardan desconcertados e intranquilos la próxima cita electoral y algunos de los que estuvieron más distantes, por decirlo así, con Rajoy y su Gobierno, intentan recomponer posiciones, por lo que pudiera pasar y, claro, sin dejar de poner velas a otros santos y sin quitar ojo a Unidos Podemos, Iglesias-Garzón, que aunque las campañas electorales son su terreno favorito,  tampoco están libres de incógnitas. "Los españoles empiezan a decir que también estar hartos de nosotros, según indican las encuestas, y ya nos ven como un partido más", explicaba en privado la semana pasada uno de los líderes de Podemos. Desconcierto en el Ibex y susto en Podemos.