La burbuja, la deuda, Europa y Casandra

Europa es un mito griego. Hija de Agénor y Telefasa, fue seducida y raptada por el mismísimo Zeus, que se había transformado en toro blanco para mezclarse entre el rebaño del padre de la muchacha y poder acercarse a ella. Zeus se la llevó a Creta y allí fue la primera reina de la isla. Miles de años después, Europa es una realidad de bienestar y libertad, aunque sea incapaz de salir definitivamente de su última crisis económica. También es la tierra prometida a la que quieren llegar y prosperar los más desfavorecidos, para quienes solo hay dos destinos soñados: EEUU y Europa,  y esta les trata mejor.

El domingo, millones de europeos están citados en las urnas para decidir el futuro de la Unión Europea, el más moderno nombre de Europa. Los pronósticos auguran igualdad entre conservadores y socialistas, auge de los extremistas antieuropeos y mucha abstención. La misma previsión para España, que  no es tan diferente, incluida la metedura de pata de Arias Cañete. 

Europa también es una montaña de deuda, una burbuja de liquidez que puede estallar y arruinar una recuperación económica que no termina de arrancar. El PIB europeo, apenas crece un 0,2%, y eso porque Alemania aporta un 0,8%, al que se suma -¡quién lo diría- España con un 0,4%, mientras que Francia se estanca e Italia vuelve a caer, aunque solo - 0,1%. Todo ello, unido al rumor -desmentido luego- de que Grecia aplicaría un impuesto retroactivo a los tenedores de bonos desplomó los mercados la semana pasada y disparó las primas de riesgo -la española un 16%-. Ayer seguían las incertidumbres y los nervios.

España roza el 100% de deuda sobre el PIB, pero es que Italia tiene el 132.6%, Portugal el 129%, Irlanda el 123,7% y Francia también se acerca al 100%. Incluso Alemania debe un 78,4% de su PIB, nada menos que 2,16 billones de euros en términos absolutos . La deuda pública de toda la zona euro se acerca a los 10 billones, con b de barbaridad.

Solo Alemania ha logrado, aunque poco, reducir su deuda los últimos años. Todos los demás asisten impotentes a su crecimiento. Analistas, banqueros y  gurús de todo tipo advierten desde hace meses de los peligros de esta situación. El Banco de Inglaterra aprecia riesgos de una burbuja inmobiliaria en el Reino Unido, sobre todo en Londres.      Los gobiernos, mientras tanto, miran hacia otro lado y aprovechan los bajos tipos de interés para aumentar sus emisiones de deuda, para endeudarse más y se tapan los oídos ante las advertencias. Casandra, hija de Príamo y Hécuba, según la mitología griega, recibió de Apolo el don de profetizar el futuro, pero el dios, descontento con ella, también la condenó a que nadie la creyera. Miles de años después, Casandra recorre otra vez la vieja Europa.