IDEAS

Los amigos del catalán

XAVIER BRU DE SALA

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Tan cosmopolitas como se presentan los jóvenes leones de la derecha ciudadana y resulta que, contra todas las apariencias, aman más a su Catalunya natal que a la España pseudoconquistada. No de otra manera habría que entender, a vista de telescopio, que pretendan forzar la enseñanza del inglés en la provincia rebelde mientras condenan España a las tinieblas. Si hubiera exigido al PP el desarrollo inmediato de un programa de escolarización en castellano e inglés, para dejar atrás de una vez por todas la España monolingüe tan bien representada por RajoyAlbert Rivera habría pasado a la historia, entronizado por la memoria de Unamuno.

Lástima que se haya impuesto la versión 2.0 del "que inventen ellos", ahora transformado en "que aprendan ellos" , referido a los catalanes y el inglés. ¿Por qué Susana Díaz, Cristina Cifuentes y los demás presidentes de las comunidades menos industrializadas, y por lo tanto más subsidiadas, no han puesto el grito en el cielo en protesta contra este nuevo privilegio de Catalunya? ¿Cómo no han reclamado la igualdad entre españoles a la hora de ser ciudadanos del mundo? Si la medida se impone, continuamos con el ojo al telescopio, los catalanes podrán llegar a europeos de primera. Esta diferencia, no la inmersión, acabará volviendo del todo mayoritario el independentismo.

Un vistazo al microscopio demuestra cómo el catalán va pasando de ente animado, con vida propia, a espantapájaros con sombrero desconchado -y no por culpa de Madrid sino ante todo de los miles de infiltrados en la 'Corpo'-. En serio, basta con los amigos de aquí. Es innecesario que, con la excusa de C’s, se procure que una parte significativa de las próximas generaciones sea aún menos apta en catalán sin haber aprendido casi nada de inglés. El viejo sueño de una sociedad en equilibrio lingüístico se hunde por depauperación del catalán, y no precisamente a favor del trilingüismo.