El cuerno del cruasán

Benedicto XVI y el negocio espiritual

JORDI Puntí

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Poco a poco, con cuentagotas, se van conociendo los detalles de la visita deBenedicto XVI a Barcelona. Ahora ya se sabe queRatzingerpasará 23 horas en la ciudad, contando que llega a las ocho de la tarde del sábado 6 de noviembre. El viaje es «apostólico» porque el Papa vendrá por trabajo y no por turismo: su ocupación principal será consagrar la Sagrada Família, acto que tendrá lugar el domingo a partir de las diez de la mañana. Para llegar al templo expiatorio, pues, sabemos que el santo padre tendrá que madrugar, y también que dormirá en la residencia del cardenalMartínez Sistach,pero a estas alturas el detalle más incierto es el trayecto del papamóvil. El ayuntamiento y la Conferencia Episcopal no se ponen de acuerdo. Se sabe que el coche del Papa saldrá de la calle del Bisbe, enfilará por la Via Laietana, subirá por Pau Claris y luego girará por alguna calle del Eixample hasta Marina, directo hacia la Sagrada Família.

Para trazar este recorrido que busca el camino más corto, en plan Mr. Marshall, el ayuntamiento quiere que la comitiva tome por Casp, pero la Iglesia lo quiere llevar por Consell de Cent. La razón principal de su elección es que el domingo por la mañana Consell de Cent estará más animada y reunirá a más fieles. Es un motivo demasiado débil, y además parece que desconfíen del poder de convocatoria del Papa. No, yo creo que las razones deben buscarse en la propia calle de Casp. Para empezar, en la esquina de Pau Claris se encontrarían cara a cara con los jesuitas, y ya se sabe que el Vaticano no siempre los ve con buenos ojos. Una vez en Casp,Ratzinger descubriría al fondo de la calle, derecha y ufana, la silueta de la torre Agbar. ¿Una foto del Papa saludando a la multitud, brazos abiertos, con el símbolo fálico detrás? Muy comprometedora.

Algunos dirán que este tipo de dudas terrenales no deberían importunar al representante de Dios en la Tierra, pero es obvio que todo suma. Es como la cuestión del presupuesto. ¿Por cuánto nos saldrá la cosa? ¿Quién se hará cargo? Se sabe que el Papa, allí donde va, lo tiene todo pagado. Entretanto, la Conferencia Episcopal hace números y afirma que la visita deBenedicto XVIsiempre es «un negocio económico y espiritual».

Con la parte espiritual no me meto, pero pensando en la económica, mejor que decidan de una vez qué vecinos podrán alquilar el balcón a 600 euros, si los de la calle de Casp o los de Consell de Cent. Eso sí, con factura, ¿eh?; nada de dinero negro.