Bendito 'Pa negre'

Hay muchas formas de hacer cine, pero no muchas de consolidar un centro de producción audiovisual. Barcelona se ha desarrollado en este campo de modo exponencial. Ya desde la Cámara de Comercio se constató que el sector audiovisual es el que más ha crecido en los últimos dos decenios, con cifras de empleo y negocio similares o superiores al editorial, que se mantiene consolidado en lo alto de las posibilidades de su mercado. Para no disponer de las ventajas de la capitalidad, ahí es nada cómo hemos espabilado. El éxito de la industria audiovisual, fundamentada sobre todo en la producción de programas televisivos, es pues la primera constatación que hay que subrayar, con doble trazo porque todavía son pocos los que son conscientes de ello.

Dicho esto, es obligado constatar que, en el terreno de la ficción, la calidad de las películas y series y el buen nivel técnico y artístico de los profesionales contrastan con la precariedad y la atomización de las empresas de producción. Es un mal endémico, que se ha agravado, pero esto no ha impedido otras dos constataciones, una muy real, pero que quizá sorprenda, y otra quePa negreha hecho obvia. La primera es que el cine catalán, a pesar de las discontinuidades y el laberinto de la dispersión temática, da para una antología de una treintena de títulos de primer orden. El día que se elabore, que se haga la debida promoción y un público amplio tenga acceso a ella, la sorpresa será de las más agradables.

Por primera vez se abre paso la idea de que disponemos de un buen cine. No es justo que sea así, porque ya era cierto antes, pero más hoy que mañana. La cosecha del 2010 pasará a la historia como un punto de inflexión, aunque, según mi parecer, esto es solo cierto en relación conPa negre. Películas de alto nivel comoHerois(rodado en castellano) oBuried(en inglés), buenos documentales, filmes comerciales, buenos filmes de autor, que además funcionan, se han realizado cada año y se realizarán cada año. La gran novedad, la piedra angular, el fundamento de futuro, esPa negre.

Antes de explicarlo, hay que tener en cuenta una diferencia fundamental entre la producción teatral y el cine. En teatro, un éxito significa ganancias, que pueden llegar a ser importantes. En cine, un éxito disminuye las pérdidas. El cine solo es rentable muy a la larga o en mercados enormes. Por eso el teatro privado se apaña con un 25% de ayuda de las administraciones, mientras el cine, toda la producción cinematográfica y buena parte de la audiovisual, es sector público gestionado por empresas privadas.

Este hecho, que no cambiará, permite abordar la cuestión de los contenidos, del imaginario colectivo catalán, sin pensar en un peaje extra. Nos cuesta el mismo dinero, aunque para nosotros, y posiblemente para el mundo, no valga lo mismo. Hacemos buenos productos estándar, pero no somos los únicos. Los buenos productos propios, o los hacemos nosotros o no los va a hacer nadie. YPa negredemuestra que, si responden a una visión particular y verdadera del mundo, interesan más que los otros. Nos interesan más a nosotros porque nos vemos más de cerca, pero también tienen más posibilidades de convertirse en universales. Esto, que para ser universal tienes que nacer particular, es lo que la mayor parte de nuestros directores aún no habían entendido. Nunca crearemos una marca sin diferenciarnos en los contenidos.

Lo quePa negrenos enseña es una vía al realismo, propio por definición, que nos habíamos vetado desde la posguerra. La industria, entonces muy potente, rehuía los temas que nos concernían. Nuestro vanguardismo todavía más. Después de una reanudación con un interesantísimo tono satírico (L'orgia,El vicari d'Olot), nuestros cineastas exprimieron obras destacadas de la narrativa catalana. El resultado no acompañó. De ahí el descrédito de la temática catalana y la dispersión posterior. Caímos en una alergia tan estúpida que todo olía a antropología. De ahí también que la ficción de TV-3 pasara en el limbo y no en Catalunya, más allá del paisaje. Si no, hagan retrospectiva. Todo es desarraigado, con aisladas excepciones y ninguna comoPlats Bruts. ¿O es que, por los contenidos, tienen algo de catalanasLa Riera, SerrallongaoVentdelplà?

Total, que el cine italiano habla de los italianos, el sueco de los suecos, y en el mundo cada cual de sí mismo sin excepciones, y el americano no es preciso decirlo, pero la ficción catalana se había prohibido hablar de los catalanes, con la estúpida pretensión de que todo el mundo es provinciano menos nosotros. La explicación verdadera es que no sabíamos cómo hacerlo. Gracias aPa negre,el laberinto tiene salida.

Ahora bien, para seguir este camino hay que tener en cuenta la cuestión capital: el realismo es el único género que no admite falsificaciones. Ni azúcar. No es negro el pan de los pobres, sino el alma de los unos y los otros. No estamos en un país de buenos aliñado por falsos malos. La miseria moral engendra miseria material, pero no siempre es al revés. Hablamos de esto, de lo que hiere y modifica porque mortifica, y no de tópicos baratos o de banalidades, cuando hablamos de contenidos. Escritor.