EL JUICIO DE LA 'TRAMA GÚRTEL'

Truco y trato

No lo sabemos con certeza, pero cada vez huele más a apaño, un pacto de no agresión. Aparentemente, al menos, hay truco y trato entre Bárcenas y el PP

Luis Bárcenas, a su llegada a la Audiencia Nacional para declarar en el juicio del 'caso Gürtel'

Luis Bárcenas, a su llegada a la Audiencia Nacional para declarar en el juicio del 'caso Gürtel' / periodico

CRISTINA PARDO

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Luis Bárcenas insiste: el PP tenía caja B, más conocida ahora como «contabilidad extracontable».«contabilidad extracontable». Está admisión en público de la trampa financiera es lo único que queda de la beligerancia que marcó su relación con la dirección del PP en el pasado, pero es exactamente igual de escandaloso. Sin embargo, da la sensación de que estamos como anestesiados, que ya lo dábamos por descontado y que bueno, que en realidad no es nada nuevo. Igual de plana ha sido la reacción del PP. Y eso me parece tremendamente grave. Hagamos memoria. 

A Bárcenas le defendieron y le definieron como una persona decente hasta que empezó a rajar y salió a la luz el SMS de ánimo que le había enviado Mariano Rajoy. A partir de ese momento, el discurso del PP cambió radicalmente y el extesorero pasó a ser un «delincuente» y un «mentiroso». «Me da un asco que no lo puedo ni ver», llegó a decir el vicesecretario Javier Maroto. Y la secretaria general del PP le llevó a los tribunales. Sin embargo, ahora el trato ha vuelto a cambiar. 

La dirección del PP ha reaccionado a la «contabilidad extracontable» como si Bárcenas hubiera dicho que hace buen tiempo. Hasta tres preguntas de la prensa hicieron falta para que Pablo Casado negara por fin este lunes la existencia de una caja B. Y lo hizo con el entusiasmo de quien se acaba de levantar de la cama y oye hablar del lepidóptero verde de Borneo Occidental. Que si el «desconocimiento de las acusaciones», que si se trata simplemente de «la estrategia de defensa de una persona», que «no tiene obligación de decir la verdad», que si «vamos a esperar a ver qué dice la sentencia...».

HUELE A APAÑO

Era tan tibia la reacción del portavoz, tan tibia, que le preguntamos si no pensaban emprender acciones legales contra quien les está acusando de financiarse de manera ilegal. Y, de nuevo tibiamente, Casado respondió que no. ¡Que no! ¿Dónde queda lo de que era un mentiroso compulsivo y un delincuente? ¿Dónde? ¿Ya no les importa lo que dice? ¿Qué ha pasado? No lo sabemos con certeza, pero cada vez huele más a apaño entre ambas partes, un pacto de no agresión. Aparentemente, al menos, hay truco y trato. 

Quizá algún día sepamos, además, por qué Rajoy no denunció a Francisco Correa cuando le alertaron de sus irregularidades. Según Bárcenas, el líder del PP dio en aquel momento la orden de dejar de trabajar con las empresas de la Gürtel. Sería interesante que nos contaran entonces por qué el presidente siempre se escuda en la ignorancia para sacudirse los escándalos de corrupción. Esto es como cuando le preguntaron al número dos de Rita Barberá por el desconocimiento en el que se parapetaba la exalcaldesa de Valencia. Y Alfonso Grau contestó: «¿Que no sabía nada? Hombre, algo sí, ¿eh? Algo sí...». Fin de la cita.