Qué hacer en Sitges si no vas al cine

Para algunos, Sitges es sinónimo de descanso y vida a menos revoluciones. Para otros muchos, de situaciones extremas, pero vividas a gusto. Por 49ª vez, el festival de Sitges ofrece desde hoy grandes sensaciones, y lo mejor es que la aventura puede continuar al salir de la sala.

1. DÓNDE QUEDARSE

1. DÓNDE QUEDARSEEl subgénero del «terror de supervivencia» es un clásico de Sitges. Pero tampoco hay que pasarse con el asunto inmersivo: un techo está bien. Quim Casas, crítico de cine de EL PERIÓDICO, recomienda el del Hotel Subur Maritim (Paseo Marítimo, s/n), «lejos del mundanal ruido, pero cerca del mismo». En su elección cuentan también razones emocionales: «Pasé allí unas cuantas horas del verano de 1996, cuando estaba a punto de nacer mi hijo, quien ahora, mira por dónde, se traga todo el festival».

2. EL BAR AMERICANO

2. EL BAR AMERICANONo sabemos si la proyección del drama caníbal 'Grave' (Crudo) nos volverá a todos veganos. Los últimos carnívoros deberían probar las hamburguesas del Sports Bar Sitges (Paseo de la Ribera, 48), dice el director Carles Torrens, quien concursa con 'Pet'. «Me gusta este sitio -nos dice- porque intenta emular a un bar cualquiera de Estados Unidos, pero le puede el ambiente playero mediterráneo del Paseo Marítimo... Y se queda en deliciosa tierra de nadie».

3. BOLITAS DE ARROZ SALVAVIDAS

3. BOLITAS DE ARROZ SALVAVIDASAl festival de Sitges se va a disfrutar, o a sufrir a gusto, pero los hay que trabajan, como Violeta Kovacsics, responsable del diario oficial. Su salvación son, en muchas ocasiones, «los onigiris del Yatai (Francesc Gumà, 2). Estas bolitas de arroz me han salvado la vida en más de una jornada de mucho trabajo. Además, nuestro diseñador es amante de todo lo japonés, y suele traer onigiris para desayunar».

{"zeta-legacy-image-100-barcelona":{"imageSrc":"https:\/\/estaticos.elperiodico.com\/resources\/jpg\/5\/8\/1475598683385.jpg","author":null,"footer":null}}

4. UNA IGLESIA-ICONO

4. UNA IGLESIA-ICONOCuando piensa en Sitges, el director J. A. Bayona piensa en la plaza de la Iglesia de Sant Bartomeu i Santa Tecla. Hay motivo(s). «Es un icono: el Empire State de Sitges», una idea seguramente aprobada por el King Kong del logotipo del festival. «Me atrevería a llamarla zona cero del Fantástico Mundial. Y es un lugar ideal para quedarse embobado mirando el mar». Las escaleras que van hacia la iglesia son, además, un lugar de referencia para Ángel Sala, director del festival. ¿Por qué? «Por la persona a la que quiero». Poco más que añadir.

5. EL PALACIO DE DEERING

5. EL PALACIO DE DEERINGEntre 1983 y 1992, el director del festival fue Joan Lluís Goas, quien señala al Palau de Maricel como su lugar favorito de Sitges. «Fue construido por el excéntrico millonario Charles Deering como vivienda privada. Es extraño y abstracto, de arquitectura indefinida; anclado en la tierra pero asomándose al mar».

6. EL BAR DE 'LOS GOONIES'

6. EL BAR DE 'LOS GOONIES'Según Dimas Rodríguez, periodista de Cinema 3, Voramar (Port Alegre, 55) es el lugar idóneo para un brindis. «Siempre he pensado que desprende un halo fantástico especial, entrañable y romántico, gracias a su decoración e iluminación». Entre sus amigos, no es Voramar, sino «el bar de Los Goonies». «Su ambientación nos recuerda a la película. Seguro que aquí Willy El Tuerto brindaría encantado».

7. DOCTOR ROBERT, EL EPICENTRO (I)

7. DOCTOR ROBERT, EL EPICENTRO (I)Cuando se impone bajar al pueblo a alimentarse, pero el hambre es de monstruo, o no hay manera de que se entiendan los amigos que andan por el pueblo y los que están en el Meliá, la plaça Doctor Robert es el Destino Final. En su nº 2 radica el hostal/restaurante Bonanza, un favorito del crítico Xavi Sánchez Pons. «Me parece parada obligada para hacer el bocata rápido o unas tapas y, de paso, comentar la jugada entre festivaleros».

8. DOCTOR ROBERT, EL EPICENTRO (II)

8. DOCTOR ROBERT, EL EPICENTRO (II)Si el Bonanza rebosa, otra opción es el colindante (nº 5) Can Xavi, «una inmejorable base estratégica para llegar a tiempo a todo, sin dejarte estómago ni cartera», en definición del guionista y director Alberto Marini. «Además, es muy romántico mancharte de tortilla mientras de reojo observas el arco del cementerio. Mortui resurgent, se lee. ¡Los muertos se levantarán!». 200% Sitges.

9. CASAS BLANCAS FANTASMALES

9. CASAS BLANCAS FANTASMALESEl periodista Joan Pons, miembro del jurado Méliès, recomienda comer en La Caleta (playa de Balmins, Isla 10), pero sobre todo callejear por sus alrededores. «Está en un lugar privilegiado, bajando del Meliá a la playa de Balmins por el laberinto de casas de la urbanización Aiguadolç». Casas en su mayoría ya deshabitadas en la época del festival. Al ir y/o volver de alguna fiesta, temes alguna aparición fantasmal. «Yo no diría que da miedo -explica Pons-, pero sí que produce extrañeza».

10. BRILLANTES SALAS OSCURAS

10. BRILLANTES SALAS OSCURASYa sea por su encanto nostálgico, en el caso de Retiro y Prado, o por la espectacularidad de sus prestaciones, en Sitges cobra pleno sentido el acto de plantarse en una sala de cine. Toni Ulled (director de Fotogramas) rinde pleitesía al épico Auditori del Hotel Meliá. Historia de una epifanía: «Recuerdo los últimos minutos de la proyección de Melancolía. Me hice pequeño en sus cómodas y grandes butacas de terciopelo azul. El sonido y la imagen barrieron mi mente».