Viaje al saber

Coger el metro en una ciudad tan transitada como Barcelona es ser consciente de que algo nuevo vas a descubrir. Sin importar la fecha que marque el calendario, el momento del día en que se haga o por más que se conozca el recorrido y lo rutinaria que sea la acción, la máxima de que queda mucho por conocer es algo intrínseco cada vez que se pasa la tarjeta por la ranura de entrada a la estación pertinente. Una vez validado el billete y accedido a la zona en cuestión, las sorpresas quedan a merced del destino y de aquello que uno se encuentre en cada una de las paradas.

En una de ellas, concretamente en la de Diagonal, el conocimiento está solo a unos pasos. En una realidad ubicada dentro de la misma estación, en el espacio cultural <strong>Mercè Sala</strong>, entrando por la esquina de Rambla de Catalunya junto a la calle de Rosselló, el <strong>Àrea Metropolitana de Barcelona</strong> organiza desde el 21 de noviembre hasta el 21 de enero la exposición 'Metròpolis verda' donde se muestran los espacios abiertos que dispone Barcelona, actualmente una de las ciudades europeas con más riqueza ambiental y social.

ESCRIBIR Y COMPARTIR DESEOS

En el vestíbulo que conecta las líneas 3 y 5 aguarda un responsable de seguridad que con su sonrisa ya deja entrever que la visita al Espai Mercè Sala no será en vano. Un lugar donde escribir y poder colgar tus deseos, sin dejar escapar la oportunidad de compartirlos en las redes sociales con el hashtag #metropolisverda, un tronco de pino blanco de más de 70 años o multitud de recipientes con semillas y plantas para sembrar en algún parque son solo algunas de las cosas que pueden verse de forma gratuita de lunes a viernes de 10.00 a 20.30 horas.

UNA BARCELONA POR DESCUBRIR

Conocida por la multitud de personas que la habitan y por la congestión que se produce en algunos puntos de su territorio, la exposición muestra una realidad de Barcelona muy diferente a la extendida entre la población. Más de un 52% del territorio pertenece a espacios verdes, con lugares de más de 60 hectáreas que cuentan con hasta 5.300 especies. “Más de la mitad de la superficie metropolitana es un espacio libre, natural y de ocio. Tenemos una actividad agrícola muy importante que singulariza esta área. La exposición quiere resaltar esa singularización junto a la muestra de espacios naturales y agrícolas que dispone la ciudad”, detalla Ramón Torra, gerente del Àrea Metropolitana de Barcelona.

En esa línea, y desmitificando el mito que persigue a la ciudad, el comisario Enric Batlle reafirma la existencia de una visión de Barcelona todavía por conocer. “Vivimos en una ciudad muy densa, donde el ciudadano cree que necesitamos más naturaleza y la realidad es que tenemos mucha pero no la conocemos o no la tenemos vinculada con la ciudad. La exposición muestra dicha naturaleza y explica los retos de futuro”, afirma el arquitecto.

Collserola, la Serralada de Marina, el Llobregat o el Besòs son algunos de los lugares a los que se hace referencia en una exposición que hasta el 21 de enero nos permite, por fin, ser conocedores de antemano de muchas de las cosas que vamos a descubrir antes de iniciar la singular aventura de subirnos al metro.

"UNA REALIDAD DENTRO DEL SUBMUNDO"

Un grupo de cinco jóvenes, desconectados durante unos minutos de su móvil cautivados por el contenido de la exposición, tres familias que realizaron un impasse en la ajetreada agenda navideña, y dos parejas son el bagaje que uno encuentra después de estar unos minutos dentro del Espai Mercè Sala un día cualquiera de exposición.

Rostros de asombro, la imperiosa necesidad de tocar y descubrir los troncos allí presentes y la curiosidad que obliga a observar cada uno de los carteles explicativos con especial atención son algunas de las pautas más repetidas entre los usuarios. “No conocía la exposición. He bajado del metro y al ver gente he decidido entrar y la verdad es que me ha sorprendido”, narra Carlos, que define el emplazamiento de la sala como “una sugerente realidad dentro del submundo que consideramos el metro”.

Por su parte, la familia de Marga sí que era conocedora de la exposición y la visita figuraba en su calendario desde hace algunas semanas. “Llevábamos tiempo pensando en venir. Es una oportunidad para los niños y también para nosotros de conocer un poco más la ciudad, encontrando lugares cercanos donde podremos pasar un buen rato todos alejados del día a día que normalmente nos obliga a estar en los mismos sitios”.