EXPOSICIÓN

El arte más realista, en el Liceu

Con motivo de la ópera verista 'Andrea Chénier', el Liceu recoge la obra de los realistas catalanes contemporáneos

Exposición 'Verismo plástico: nuevos realismos en Cataluña' en el Liceu

Exposición 'Verismo plástico: nuevos realismos en Cataluña' en el Liceu / periodico

Natàlia Farré

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Una mujer de perfil con la espalda descubierta mira a una calavera que sostiene con la mano. La imagen es en blanco y negro, y tan real que una no dudaría en pensar que se trata de una fotografía. Pero no. Es un dibujo. Perfecto. Lápiz y papel. Y muchas horas. Las que ponen los hermanos Josep y Pere Santilari en la ejecución de sus obras. Verismo puro. La pieza en cuestión, 'Eros y Tánatos', luce en el 'foyer' del Liceu al lado de un 'panettone' que invita a ser pellizcado. Del mismo autor, Josep, pero esta vez ejecutada con la técnica del óleo. Son, junto a los dos trabajos de su hermano Pere, igual de detallista y virtuoso, las estrellas de la exposición 'Verismo plástico: nuevos realismos en Cataluña'.

Es una apuesta del teatro barcelonés para aunar ópera y artes visuales. Cada pieza que se programa en el coliseo tiene su muestra hermana. Ahora es el momento de Andrea Chénier, una ópera enmarcada en pleno verismo, el movimiento italiano de finales del XIX que se distingue por apostar por el retrato realista y una temática alejada de la historia y el mito. 

28 PIEZAS DE 12 ARTISTAS

Y como la cosa va de realidad, Rosa Ferrer, comisaria de la muestra, ha apostado por reunir 28 piezas de 12 artistas figurativos representantes del nuevo realismo catalán. "La idea es hacer un homenaje a una exposición histórica que se celebró en el Arts Santa Mònica en 1999, cuando tras años de hablar solo de abstracción y videoinstalación surgió un grupo de jóvenes artistas locos por el realismo, la figuración y la técnica", explica Ferrer.

Entonces no eran conocidos, ahora lo son. Y repiten presencia en el 'foyer' de Liceu. Beben de la tradición en cuanto a la ejecución pero no en lo que se refiere a la temática. Aquí los bodegones tienen bolsos, cinturones y paraguas, como los de Sok Kan Lai. 

ENTRE HOPPER Y VERMEER

Aunque la primera mirada se la lleva la escultura de Efraïm Rodríguez 'First winter'. Pieza estratégicamente colocada justo al principio de la exposición para captar la atención y la curiosidad del visitante. Un niña tallada en madera y envuelta en corcho aguanta la mirada del que se acerca. Pese a la abstracción del corcho, el realismo se impone, pues el ojo humano ve una manta en  lo que es corteza de árbol.

La segunda mirada es para otra escultura, ya que las piezas de los Santilari se esconden tras unas vitrinas al final del recorrido, 'Antroporcino', un bebé y un cerdito tallados por Gerard Mas. Parecen blandos pero son tan duros como el mármol rosa.

El resto son pinturas. Obras tan dispares como las telas con relieve de Josep Maria Cisquella hasta el hiperrealismo de Daniel Cuervo. Este último, de un verismo más cercano a Edwar Hopper que el de los Santilari, deudores de la tradición de Vermeer o Caravaggio. Los hermanos comparten con los clásicos la voluntad de preciosismo pero actualizan la temática.

FERNANDO FERNÁN GÓMEZ, CON CHAQUÉ EN LOS ALPES

Existe también el realismo imposible, que es el de Pablo Maeso. Ahí está Fernando Fernán Gómez vestido con chaqué en medio de los Alpes en 'El hombre de las nieves'. Tan figurativo como irreal. 

Hay más por ver pero no siempre es posible. Para entrar en la muestra hay que acceder primero al Liceu. Se puede hacer yendo a la ópera o acudiendo a una visita guiada o a uno de los muchos actos que se programan en el 'foyer'. Hasta el 18 de abril.

TEMAS