ESTRENO DE CINE

Amarga Etiopía

Yared Zeleke estrena la semiautobiográfica 'Efraín', una fábula en torno a la pérdida y la soledad infantil

El cineasta Yared Zeleke, director de la película 'Efraín'.

El cineasta Yared Zeleke, director de la película 'Efraín'. / periodico

BEATRIZ MARTÍNEZ / MADRID

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No suele ser habitual que se estrenen películas procedentes de África. Una industria muy pobre y orientada al consumo interno que continúa siendo una gran desconocida. El año pasado el Festival de Cannes incluyó en la sección oficial de 'Un certain regard' la ópera prima de un joven etíope, Yared Zeleke, una película que transcurre en un entorno rural, entre montañas, y que se centra en la historia de amistad entre un niño huérfano y una oveja. 

“La idea es semiautobiográfica”, cuenta el director a su paso por Madrid para presentar 'Efraín'. “Tuve una infancia muy feliz. Pero tuve que dejar atrás a la gente que más quería y nos tuvimos que marchar a Estados Unidos. La situación allí era complicada, por la guerra de Somalia y la dictadura, y no nos quedó otro remedio. Pero eso me rompió el corazón. Es un dolor que me ha llegado hasta la edad adulta y que he intentado plasmar en la película”.

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Zeleke se formó profesionalmente en Norteamérica. Estudió cine y dice con orgullo haber sido el primer etíope en obtener una beca para hacer un máster de guion y dirección en Nueva York. Fue también allí donde conoció al que se convertiría en el productor de su primera película, Ama Ampadu y juntos buscaron financiación por Europa para sacar adelante el proyecto. “En África no hubiéramos conseguido el dinero necesario para hacerla. Mi país es muy pobre y las artes no reciben ningún tipo de ayuda por parte del Gobierno. Hay también mucha gente rica, pero no están interesados en invertir en películas, como sí ocurre en Europa”. 

Cuenta Zeleke que casi todas las películas que se ambientan en África no reflejan de verdad su espíritu e idiosincrasia, porque están hechas por directores extranjeros. “En ellas no se siente ni se huele de verdad, son impostadas”. Quizás por eso en 'Efraín' se ha querido acercar a algunos de los problemas reales que existen en la sociedad de su país. Uno de ellos, el tema de la orfandad. “Hay muchos Efraín en la sociedad etíope”, cuenta. También en el cambio ideológico que se ha producido en las nuevas generaciones. “La matriarca de la familia representa el pasado. Es muy orgullosa y se aferra a las tradiciones. Ha tenido que adaptarse a los nuevos tiempos, pero verdaderamente el futuro está en el personaje de la chica joven que se rebela contra todo y que quiere cambiar las cosas. Ella es la esperanza”.

MENSAJE ECOLOGISTA

También el director inserta un mensaje ecologista en la película, que tiene que ver con el cambio climático que está afectando a las lluvias y a los cultivos. “El 80% de la sociedad de mi país es agrícola, y si no llueve y no se puede cultivar, se mueren de hambre. Es un problema gravísimo”.

El paisaje adquiere gran relevancia en la película. Grandes extensiones de terreno por las que pasean el pequeño Efraín y su oveja Chuni. “Quería plasmar la belleza africana y cambiar la idea que se tiene de Etiopía. Mi país no es ni Sudán ni Egipto, no es un desierto, pero sí hay muchas zonas de montaña y, de alguna manera eso nos ha marcado el carácter, nos ha hecho ser más cerrados. Pero hay una conexión total con la tierra en la que vivimos, por eso era un elemento fundamental, un personaje más”.

'Efraín' es una delicada historia de iniciación y crecimiento. Una fábula en torno a la pérdida y a la soledad infantil. Gracias a ella descubrimos una mirada tan tierna como amarga de un país, de sus costumbres, de sus tradiciones.