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Una nueva reinvención

RAMÓN DE ESPAÑA

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Mañana sale a la venta en todo el orbe civilizado el primer disco de David Bowie en 10 años, The next day, en cuya portada se ve el título, tachando la cara del artista en la cubierta de uno de sus mejores álbumes, Heroes. ¿Qué nos querrá decir Bowie con esa auto-ocultación? ¿Que ya no es el mismo de entonces? Eso ya lo sabíamos. Y por si no nos había quedado claro, ahí tenemos el videoclip de Where are we now?, donde recuerda sus años mozos en Berlín con su cara de señor mayor insertada digitalmente en un peluche. O el de The stars (are out tonight), donde interpreta a un hombre maduro que vive feliz con su esposa (Tilda Swinton) hasta que la pareja vecina -que son iguales que ellos, pero en joven- les empieza a hacer la vida imposible y les recuerda, tal vez, que ya no son lo que fueron.

En estos dos videoclips hay melancolía por arrobas, pero no solo eso. Nuestro hombre ha conseguido reinventarse de nuevo, fabricarse otro personaje que añadir a Ziggy Stardust, Aladdin Sane o el Delgado Duque Blanco. Un personaje que podríamos llamar El Rockero de la Tercera Edad o el Vanguardista Provecto y que es, probablemente, el más literario de todos los suyos: una especie de Dorian Gray reescrito por Scott Fizgerald. Ese personaje, tras adoptar durante años la apariencia de un jubilado que solo aspira a ver crecer a su hijo y a envejecer con su mujer, sale a la palestra para protagonizar los últimos años de vida de su creador.

E intuyo que será ese personaje el que acuda a la inauguración de la retrospectiva que el londinense Victoria & Albert's Museum va a dedicar a David Bowie a partir de mediados de mes. Me gustaría verle apoyado en un bastón (o en su mujer, la exmodelo Iman), vestido con pantalones de tweed y un jersey de lana con botones, paseando entre las reliquias de su deslumbrante pasado y de sus propias y desquiciadas criaturas, sorprendiéndose, tal vez, de lo marica que era de joven o de lo loco que estaba cuando, inspirado por la cocaína, le dio por ser dictador de Gran Bretaña.