La antesala de los galardones de la Academia

Tiros seguros y chascos

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JUAN MANUEL FREIRE

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Por si no estaba claro lo poco que importan las series a la HFPA, solo había que ver dónde colocaron a la gente de Breaking bad en el salón del Beverly Hilton: bien al fondo, en el equivalente de la mesa de los niños en una boda al uso.

Y eso que pensaban premiar a la serie y su protagonista (un inapelable

Bryan Cranston) en el apartado dramático. Como en el 2012, la lista de ganadores televisivos se basó en tiros seguros como estos y, después, sorpresas, pero dudosas.

En este último apartado entraría la victoria de Brooklyn Nine-Nine como mejor comedia. Nada en contra de esta comedia policial con Andy Samberg (elegido mejor actor para su propia sorpresa) como un agente de Brooklyn a la vez ingenioso y un poco memo. Pero en la misma categoría concursaba la superior Girls y la ya clásica pero todavía sin premiar Parks

and recreation, cuya protagonista Amy Poehler (copresentadora del evento) sí que  consiguió llevarse el Globo de Oro a casa.

También muy merecido (ya tardaba en llegar un premio para ella) fue el Globo a Elisabeth Moss, la Peggy de Mad men, por su papel de detective en la miniserie Top of the lake.

Las dudas regresan con la distinción a mejor actriz dramática: ¿Realmente lo merecía más Robin Wright que Tatiana Maslany, que borda no un solo papel, sino varios en la serie sobre clones Orphan black? Ahí se ve cómo gusta a los Globos el brillo de los nombres famosos y reconocibles, esos que acaparan focos en la alfombra roja.