UN ESTILO SIEMPRE VIVO Y EXPORTABLE

La rumba cruza fronteras

El sello inglés Soul Jazz lanza un disco con torrenciales grabaciones de La Terremoto, Peret y El Noi, entre otros El batería de Vetusta Morla, coleccionista rumbero, ha impulsado el proyecto

Portada del recopilatorio 'Gipsy rhumba'.

Portada del recopilatorio 'Gipsy rhumba'.

NANDO CRUZ
BARCELONA

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En la última década no ha dejado de crecer el interés por la rumba de los años 60 y 70. Los coleccionistas siguen rebuscando grabaciones con las que disfrutar y documentar una de las músicas más genuinas forjadas en España. Y al comprobar cómo reacciona el público no iniciado en cuanto empieza a zumbar el ventilador de Peret o Antonio González el Pescaílla, más de uno habrá sospechado que la rumba también es uno de nuestros géneros más exportables. Uno que lo tuvo claro es David García El Indio, batería del grupo Vetusta Morla. Mientras se dejaba los dedos negros buscando singles en tiendas de segunda mano empezó a obsesionarse con exportar ese legado.

El Indio es un gran seguidor del catálogo de Soul Jazz, un sello inglés especializado en música jamaicana pero que también ha publicado discos de salsa neoyorquina, vudú haitiano y post-punk brasileño. En el 2010 contactó con su director, Stuart Baker, le cantó las virtudes de la rumba y le envió tres canciones para seducirlo. Baker accedió a editar un recopilatorio, pero tardaría cuatro años en existir.

«Hice una primera selección de canciones y casi la mitad eran de multinacionales, pero pedían un adelanto de royalties que hacía inviable el disco», explica El Indio. Las negociaciones se complicaban aún más porque al ser un disco lanzado en Inglaterra, las tarifas las marcaba la central de Londres. Al final en Gipsy rhumba. The original rhythm of gipsy rhumba in Spain 1965-1974 no hay canciones de multinacionales. Eso explica, por ejemplo, la ausencia de Los Amaya. Por contra, el libreto introductorio a la rumba (en inglés y castellano) incluye impagables instantáneas cedidas por los herederos del fotógrafo francés Jacques Legrand, que se casó con una modelo gitana en los años 50 y retrató aquel mundo desde dentro.

Pese a las ausencias, el contenido final tumba. Es una fogosa introducción a un género mucho menos conocido que el reggae o la salsa, pero de onda expansiva comparable. No es difícil imaginar a un melómano de Liverpool despeinado por las intervenciones de La Terremoto (sea el célebre Achilipú o el huracanado Anana hip) y El Pescaílla (en la conocida Sarandonga o en la trepidante Meneíto men junto a Lola Flores). Un estudiante de español sudará intentando traducir palabros como «zombalaquezú» (Los Gitanos Polinais). Pero incluso el oyente español quedará sorprendido por esa oda al Ché Guevara de Marija Garrido o la heterodoxa El pan y los dientes de Chacho, adaptación de un original pop francés.

De Cuba a Argentina

Aunque el título no explicite que es una recopilación de rumba catalana, El Indio aclara que «todas las grabaciones son hechas en Barcelona y casi todos son gitanos catalanes». Y si algo resalta este disco tan geográficamente localizado es que la rumba no fue un estilo cerrado. La mitad de canciones adaptan originales cubanos, puertorriqueños, argentinos y mexicanos. Hay hasta una versión del Tequila de los estadounidenses The Champs. La rumba era una fiesta de puertas abiertas al mundo. Ya es hora de que el mundo conozca la rumba.