Un ciclo recupera filmes que denuncian la situación de los niños en las guerras

Estos días el Centre de Cultura i Memòria del Born propone una conmovedora exposición titulada Una infància sobre les bombes que pretende mostrar cómo las guerras truncan las vidas de los niños y les provocan unas cicatrices que les quedan para siempre. Esta muestra se divide en tres partes. La primera evoca la Barcelona de la guerra civil y el impacto que causaron los bombardeos. En segundo lugar, se exhiben los dibujos realizados por niños que vivieron el conflicto bélico y, para terminar, cuenta las impresiones de adultos que sufrieron esa situación en su infancia y que necesitan expresar lo que sintieron al haber conseguido escapar de la tragedia.

Paralelamente a esta muestra se ofrece un interesante ciclo de películas que intenta reflejar la experiencia de los niños en las guerras desde ópticas diferentes. Todas las sesiones son presentadas por el periodista cinematográfico Jordi Picatoste, autor del libro Paraísos perdidos: la infancia en 50 películas, que cada día cuenta, además, con la colaboración de un experto que cambia cada día y un coloquio con los espectadores tras la proyección.

De El Salvador a Alemania

Esta noche, a las ocho, podrá verse un filme poco conocido pero que sorprenderá. Se trata de Voces inocentes (2004), del mexicano Luis Mandoki (Mensaje en una botella, Cuando un hombre ama a una mujer). Está ambientada en un convulso El Salvador en pleno enfrentamiento entre el gobierno y la guerrilla. En medio de ambos se encuentran los habitantes de un pequeño pueblo que, sin querer, se ven envueltos en la contienda. La cinta se centra en las impresiones de un muchacho de 12 años que sabe que está a punto de ser reclutado para combatir. El chico, como sus amigos, hará todo lo posible por intentar escapar de este mundo de violencia y, por el camino, descubrirá el primer amor. Realista, emocionante y reveladora.  

El próximo viernes podrá verse (20 h.) Lore (2012), drama firmado por la australiana Cate Shortland. Está ambientado en la Alemania de 1945 y cuenta la odisea de una joven y sus hermanos pequeños que, tras la captura de sus padres, ambos miembros de las SS, se proponen atravesar el devastado país para reunirse con su abuela que vive a 500 kilómetros de distancia. Obtuvo varios premios internacionales y, pese a tratarse de una coproducción hablada en alemán, fue la representante que envió Australia a los Oscar.

Un clásico de la animación japonesa

La siguiente sesión es matinal, el sábado 24 de noviembre a las 12 del mediodía con la cinta de animación, La tumba de las luciérnagas (1988). Advertencia: es muy dura y provocará alguna que otra lagrimita. La acción transcurre en la ciudad japonesa de Kobe durante la segunda guerra mundial y se ocupa de un joven y su hermana pequeña. Su padre está combatiendo en la Marina y su madre ha sufrido graves quemaduras, por lo que el chico debe hacerse cargo de la niña y conseguir comida. Tiene un tono poético con la comparación entre las bombas que caen cerca de ellos y la luz de las luciérnagas y destaca su lucha por intentar lograr algunos momentos felices en condiciones adversas; apreciar las pequeñas cosas como un caramelo de fruta o un puñado de arroz.

Nacido en Gaza (2014) llegará el viernes 7 de diciembre (20 horas). Es un documental que se rodó durante el ataque israelí contra la franja de Gaza en 2014. El filme sigue los pasos de diez niños que explican su vida cotidiana en la que las bombas se han convertido en un elemento habitual y su luchar para intentar llevar un día a día normal pese a estar inmersos en una guerra. Ellos son los narradores de esta cinta necesaria. Otro documental será protagonista el viernes siguiente a la misma hora, Of fathers and sons (2017). Es un estudio del yihadismo a través de la experiencia del director, Talal Derki, que vivió más de dos años con la familia de un miembro de Al-Qaeda en Siri y centró su mirada en los niños para descubrir cómo son entrenados para seguir el camino de su padre. Devastadora.

Esta retrospectiva se despide con un título más ligero el sábado 22 de diciembre, a las 12, Clamor de indignación (1947), de Charles Crichton, un filme de aventuras infantiles. Fue rodado en el Londres de la posguerra donde un adolescente adora las historias de detectives con las que tiene harto a un inspector. El chico es muy aficionado a los cómics y cree ver fantasmas por todos lados. Pero una de esas pistas le llevará a toparse con unos auténticos criminales y deberá convertirse en el investigador que siempre quiso ser. Seis sesiones que ejercen como perfecto complemento a la exposición y que nos pueden hacer reflexionar sobre el daño que causan las guerras de los adultos en los más pequeños. Imperdonable.