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El paraíso de los amantes de las camas elásticas: Boing! Jumping Park

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Eduardo de Vicente

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El artículo de hoy podría empezar como un anuncio de TeleTienda. ¿Harto ya de que tus hijos se pasen horas y horas saltando en ese sofá nuevo que te ha costado un dineral? ¿Cansado de que estén dando brincos en la cama de los padres hasta que le salten los muelles? Tenemos la solución, se llama Boing! Jumping Park. Efectivamente porque estos días entre el calor y las vacaciones estivales, uno de los recursos de los peques para divertirse en casa es botar encima de lo primero que tienen a mano.

Para evitarlo es preferible llevarlos a uno de los dos locales que Boing! tiene en Badalona y Terrassa para que den rienda suelta a sus instintos y hagan tantas piruetas como deseen. Lo mejor es que no se trata de lo típico, una serie de colchonetas negras y algo roñosas todas del mismo tamaño y alineadas en paralelo. Aquí la distribución es muy diferente, son de distintas medidas, permiten saltos en perpendicular o de altura para conseguir encestar la pelota en una canasta de baloncesto. También existe una zona especial para los más pequeños, los menores de 5 años, y hacer Bounce Board (algo así como practicar snowboard en seco, por un suplemento).

Es un concepto nuevo, original y más divertido que las clásicas camas elásticas negras de toda la vida. Ni siquiera los adultos están a salvo ya que también pueden apuntarse a la fiesta y pasárselo tan bien o mejor que sus hijos. En caso contrario siempre hay unos monitores que vigilan a los peques para que los padres puedan, mientras tanto, hacer una cervecita en su bar con el aire acondicionado a tope.

Unas actividades saltarinas muy originales

El local más atractivo es el de Terrassa, con 2.000 metros cuadrados y un centenar de lonas de última generación y en el que se pueden practicar muchas actividades originales. El Airbag o Foam pit, que permite saltar de un pequeño trampolín para caer en un inflable; el Shackline o equilibrismo sobre una cuerda como un funambulista; dos deportes tradicionales como el Dodge ball o el voleibol; el Skypod, juego interactivo que consiste en saltar para alcanzar a tocar unas luces; Ninja Course, recorrido por una especie de pista americana; Battle Beam, para pelear con unos troncos de goma e intentar hacer caer al adversario o The Wall, saltos horizontales para caminar sobre una pared (solo para expertos).

El de Badalona cuenta con 1300 metros cuadrados y una capacidad para 48 personas pero en los próximos meses se van a renovar las instalaciones y crear nuevas actividades. Allí el atractivo adicional es brincar para caer en una cama donde hay otros elementos como unos cuadrados de goma repartidos por la colchoneta. Ambos locales forman parte de la IATP (Asociación Internacional Trampoline Park) que vela porque todos sus operadores sigan unas estrictas normas de seguridad y calidad.

Los precios están bastante ajustados, las reservas pueden hacerse on line, hay abonos, los horarios son muy amplios y también celebran fiestas de cumpleaños, reuniones de empresa, casales o reservas para escuelas y en octubre se apuntan a las actividades extraescolares.

Para poder participar en esta experiencia deben llevarse calcetines. En el caso de Terrassa han fabricado unos propios personalizados y antiresbalones que deben obligatoriamente adquirirse por temas de higiene y seguridad pero, eso sí, te los puedes quedar para volver a utilizarlos cuando regreses. En Badalona se implantarán en breve.

Una experiencia divertida y diferente con la que los niños van a disfrutar a tope, los adolescentes lo van a dar todo y los adultos pueden compartir las piruetas con sus hijos. ¿Quién se acuerda ya de las viejas camas elásticas?