Purity Ring: "No sabemos cómo se consigue el éxito masivo"

El dúo canadiense de electro-pop actúa este viernes en Razzmatazz 2

Purity Ring, en una imagen promocional.

Purity Ring, en una imagen promocional. / periodico

JUAN MANUEL FREIRE / BARCELONA

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El dúo canadiense Purity Ring crea el electro-pop más emotivo del momento. Este viernes actúa en Razzmatazz 2 (20.30 horas), con Empress Of de telonera. Habla Megan James (voces).

–Al principio de su carrera, se categorizaban a sí mismos como “future pop”. ¿Todavía les gusta esa etiqueta?

–La verdad es que sí. Es sencilla y directa, y define bastante bien lo que uno va a encontrar. No recuerdo realmente a quién se le ocurrió, pero nos la quedamos y no nos disgusta en absoluto.

–En el primer disco, parecían buscar algo levemente claustrofóbico y siniestro. En el segundo, 'Another eternity', los sintetizadores suenan altos, radiantes, cegadores.

–Hay más espacio en la producción; y hemos refinado cada elemento sonoro. En lugar de hacer el mismo disco otra vez, queríamos probar algo distinto, buscar ideas. Además, ese sonido más brillante era apropiada para un disco que habla sobre empezar de nuevo, mudarse, nuevas vidas.

–¿Por qué sus canciones no obtienen el éxito masivo que merecen? De las nuevas, 'Push pull', 'Bodyache' y 'Begin again' me parecen 'hits' irresistibles.

–Bueno, gracias por desearnos el éxito masivo, de verdad. No tenemos ni idea de lo que hay que hacer. No voy a negar que me encantaría llegar a más gente, aunque –si he de buscar un lado positivo a todo esto– supongo que traería sus cosas incómodas.

–Taylor Swift se lleva ahora toda la atención haciendo algo, diría, inspirado por Purity Ring, pero no igual de memorable. Es un drama.

–(Risas). Gracias… Más gente nos dice lo mismo. Intento no darle vueltas y que esta clase de cosas no me amarguen.

–Son conocidos por los juegos de luz que acompañan a sus actuaciones. ¿Qué veremos en Razzmatazz 2?

–Hay una serie de cuerdas con luces que cubren todo el escenario; es una especie de pantalla. Además, Corin (Roddick) está rodeado por unos capullos de luz que emiten sonidos cuando se golpean. Desde luego, no es uno de esos aburridos conciertos electrónicos en los que solo ves a alguien agachado sobre un ordenador portátil.

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