El poeta de Wimbledon

Cómo me divierten los británicos y sus tradiciones a menudo tan extravagantes y fuera de su tiempo. El tenis sobre la hierba de Wimbledon, por ejemplo, que estos días pasa un poco desapercibido por culpa de los Mundiales de fútbol. Tal como Jaume Pujol-Galcerán nos está contado en estas páginas, la edición presente –¡se celebra desde 1877!– ha ofrecido novedades como la eliminación deFederer con aires de ocaso, el partido más largo de la historia (Isner-Mahut, 11 horas y con 70-68 en el quinto set) o la visita de la reinaIsabel, tras 33 años de ausencia y llevando uno de sus sombreros-tarta de cumpleaños. Anteayer, un artículo en elHerald Tribuneme descubrió la última excentricidad: este año la organización ha nombrado un poeta oficial para el torneo.

Elpoet laureatese llamaMatt Harveyy le pagan por escribir cada día un poema que cante la gloria de los tenistas sobre la hierba, pero también que retrate las esencias de Wimbledon, como por ejemplo comer fresas con nata o visitar la estatua deFred Perry. Cada díaHarveycuelga sus composiciones en la página de internet. Tras darles un vistazo, debo confesarles que sus versos tienen un delicioso aire decadente y autoparódico. Su respuesta al agónico partido de 11 horas, por ejemplo, no fue una oda interminable, sino una serie de breves haikús. Entre ellos el siguiente, que traduzco libremente: «Gran actuación / sin llegar al clímax / es tenis tántrico». Entre los otros poemas destacan versos dedicados a los recogepelotas –«cuánto mejor lo hacen menos lo notamos»–, un elogio deJohn McEnroeo un recuento de interjecciones del tenis –out!– que resulta surrealista.

Pese a los éxitos deNadaly el aumento de espectadores, pese a la leyenda viva deFederer, cuando leo al poeta de Wimbledon me doy cuenta de que el tenis ha perdido parte de ese encanto literario que tuvo. Los saques directos han hecho mucho daño a este juego. Pienso en todos esos poetas catalanes que escribieron de tenis:Miquel Ferrà,J.V. Foix,Guerau de Liost,Vinyoli,Ferrater… Y, cómo no, ese soneto precioso deJosep Carner: «Anaves damunt l'herba de la prada / i volava el teu braç adolescent, / i pel filat de la raqueta alçada / travessava la llum del sol ponent». Alguien debería preparar una antología de poesía y tenis.