'El Papus', los aprendices de 'Charlie Hebdo'

Una colección recupera historietas del mítico semanario de la transición. empezando por la Sor Angustias de la Cruz de Ja

SELECCIÓN DE PORTADAS 3 La revista, en los kioskos entre 1972 y 1987, no se andaba con sutilezas en sus portadas.

SELECCIÓN DE PORTADAS 3 La revista, en los kioskos entre 1972 y 1987, no se andaba con sutilezas en sus portadas.

ANNA ABELLA / BARCELONA

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Revista «satírica y neurasténica», se autodefinía El Papus. El primer número del mítico semanario salió el 20 de octubre de 1973, aún con Franco, y durante la España de la transición, hasta 1987, desarrolló un humor «feroz, directo, corrosivo y salvaje». Y sus almas fundadoras -dibujantes como Ja, Ivà Óscar, el director Xavier de Echarri y el gerente Carlos Navarro- «se inspiraron en el espíritu y la filosofía irreverente, cáustica y contestataria de las francesas Charlie Hebdo y Hara-Kiri», constata el experto en cómic Antoni Guiral, quien coordina la colección Antología poética de El Papus (ECC Ediciones), que echa a andar con una selección de las historietas de Sor Angustias de la Cruz, creadas por Jordi Amorós, Ja (Barcelona, 1945).

«Éramos hijos de Charlie Hebdo, sí. Nosotros éramos sus aprendices», recuerda Ja, en una semana teñida de luto tras los 12 muertos del atentado islamista del miércoles contra el semanario, que a él le genera, confiesa, «mala leche», y siente «muy cercano», pues también vivió un sangriento ataque a la libertad de expresión con el paquete bomba de la extrema derecha en El Papus, en 1977, en su redacción de Barcelona, que mató al portero e hirió a otras 17 personas. «Wolinski [uno de los asesinados en París] era mi padre espiritual, mi referente, le admiraba. He repasado su libro de memorias, es de los 70 y es absolutamente vigente», destaca el dibujante, que trabajó en El Jueves y hoy colabora en Mongolia.

En este primer título de la colección de El Papus (saldrá un volumen cada tres meses y promete dos jugosos ejemplares dedicados a la censura sufrida), Guiral incluye una reveladora y contextualizadora introducción en la que recuerda que aunque la AAA (Alianza Apostólica Anticomunista) fue la autora del atentado, nunca se reconoció como acto terrorista y nadie fue condenado. Más sangrante aún: la muerte del portero fue considerada «accidente laboral». «No teníamos miedo, eramos algo inconscientes», asume Ja, mientras relata cómo tras el ataque, él e Ivà -«que llevaba varias porras bajo la gabardina por si por el camino nos pegaban- fueron a manifestarse y a pedir explicaciones sobre los asesinos al gobernador civil.

El Papus, cuyo título, a propuesta de Ivà, viene del plural del Papu, el hombre del Saco en algunos pueblos catalanes, era muy popular. «Vendía unos 150.000 ejemplares [algunos números llegaron a los 400.000] y era progresista, con cierto espíritu libertario y, sobre todo por Ja e Ivà, rompió moldes. Pero políticamente no se decantó hacia ningún color, eran una mosca cojonera para todos -opina Guiral-. Solo hay que ver que en democracia y con el PSOE siguieron recibiendo denuncias».

MÁS DE UN CENTENAR DE JUICIOS / Su hasta entonces insólita y provocadora y políticamente incorrecta libertad de expresión, que lanzaba dardos sin complejos contra la Iglesia católica, la extrema derecha, la dictadura, el capitalismo salvaje pero también contra la izquierda, condenó a El Papus a un récord de expedientes administrativos, juicios de faltas por escándalo público (157 solo hasta 1978), secuestros de ejemplares, suspensiones y tres consejos de guerra, que acababan en sustanciosas multas que fueron minando a la empresa, que era quien las pagaba. Quien se llevó la palma fue Ja, con 80 denuncias y otros tantos juicios y apelaciones, especialmente a causa de Sor Angustias de la Cruz por «escarnio de la religión». «Día sí, día también, estaba en los juzgados. Era divertido, luego los jueces te pedían dibujos para sus hijos -evoca el historietista-. Hasta me condenaron a tres años de cárcel, pero me salvó la amnistía general».

UNA MONJA SIN ESCRÚPULOS / Para Sor Angustias, donde, además de monjas y curas, de la mofa no se salvan ni paralíticos ni enfermos terminales, Ja se inspiró en sor Benita, a la que conoció en el hospital militar de Lleida, donde hizo la mili. «La realidad superaba toda fantasía. Como los comandantes médicos andaban borrachos operaba ella de fimosis a los soldados, de diez en diez... y luego a rezar el rosario».

Dibujantes como Gin, Ferreres, Joma, Alfonso López, Fer, Carlos Giménez, Ventura y Nieto y Andreu Martín nutrieron los 569 números de El Papus. «Además de la sátira, hacían periodismo, con una parte más social y política, con cosas que el resto de la prensa no decía y con la idea de provocar para que la gente de la calle despertara -apunta Guiral-.

No olvidemos que también escribían gente como Maruja Torres, Antonio Franco [exdirector de EL PERIÓDICO] o Joan de Sagarra. Y había la parte erótica, en las portadas y las Papunovelas, con el destape de chicas como Susana Estrada. Humoristas como ellos y como los de Charlie Hebdo nos han enseñado a juzgar por nosotros mismos y a interpretar las cosas. Eso no tiene precio».